Meditando en la humanidad de Cristo

En la pluma de Teresa de Jesús confluyen las razones de sus tesis: la condición del hombre y mujer, la necesidad de Cristo, el ejemplo de los santos, su propia experiencia. Todo se resume en una convicción personal: Cristo es el camino, el modelo, es la suprema revelación del amor de Dios y la fuente de toda gracia.

La meditación continua en la humanidad de Cristo desemboca en la contemplación de las imágenes de Jesús, como camino y método para una presencia continua de Cristo. La vida cotidiana de Teresa de Jesús está marcada por las imágenes de Cristo en todos los momentos de su vida, porque no sólo se dejó cautivar por la infancia o la pasión de Jesús, sino que cualquier momento narrado en los evangelios, será un manantial de oración para ella.

Libertad por encima de disculpas

Nunca penséis ha de estar secreto el mal o el bien que hiciereis, por encerradas que estéis. ¿Y pensáis que aunque vos, hija, no os disculpéis, ha de faltar alguien que torne por vos (os defienda)? Mirad cómo respondió el Señor por la Magdalena en casa del fariseo, y cuando su hermana la culpaba (Lc 7, 36-40 y 10, 38-42). No os llevará por el rigor que a Sí (Cristo), que ya al tiempo tuvo un ladrón que tornó por Él (le defendió), cuando estaba en la cruz (Lc 23, 41); así Su Majestad moverá a quien torne por vosotras (os defienda), y cuando no, no será menester […] Porque comienza a ganar libertad y no se da más que digan mal que bien, antes parece es negocio ajeno […] Así es acá: con la costumbre que está hecha de que no hemos de responder, no parece hablan con nosotras (Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección 15, 7).

Creando confusión

¿Qué es esto, mi Dios? ¿Qué pensamos sacar de contentar a las criaturas? ¿Qué nos va en ser muy culpadas de todas ellas, si delante del Señor estamos sin culpa? […] Pues incluso cuando aún no hubiese otra ganancia sino la confusión que le quedará a la persona que os hubiere culpado de ver que vos sin ella (la confusión) os dejáis condenar, es grandísimo (Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección 15, 6).

Verse condenar sin culpa y callar II

(Verse condenar sin culpa y callar), porque nunca oí decir cosa mala de mí que no viese quedaban cortos; porque, aunque no era en las mismas cosas, tenía ofendido a Dios en otras muchas, y parecíame habían hecho harto en dejar aquéllas, y siempre me huelgo yo más que digan de mí lo que no es, que no las verdades (Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección 15, 3).

Verse condenar sin culpa y callar

Confusión grande me hace lo que os voy a persuadir, porque había de haber obrado siquiera algo de lo que os digo en esta virtud; es así que yo confieso haber aprovechado muy poco. […] Porque verdaderamente, es de gran humildad verse condenar sin culpa y callar y es gran imitación del Señor que nos quitó todas las culpas. Y así os ruego mucho traigáis en esto gran estudio, porque trae consigo grandes ganancias; y en procurar nosotras mismas librarnos de culpa, ninguna, ninguna (ganancia) veo, si no es -como digo- en algunos casos que podría causar enojo o escándalo no decir la verdad. Esto, quien tuviere más discreción que yo lo entenderá (Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección 15, 1).

San Ignacio de Loyola

Hoy, día de San Ignacio de Loyola, traemos a nuestra memoria la andadura de un hombre que se convirtió en excepcional dejándose hacer por Dios en su búsqueda incansable de encuentro con Él. También damos gracias por la Compañía de Jesús, para que pese a sus limitaciones humanas, siga siendo instrumento eficaz de encuentro con Cristo. Para que Dios continúe llamando braceros a su mies y nosotros respondamos prestos y diligentes a esa llamada. Para que aprendamos en todo amar y servir, buscando y encontrando a Dios en todas las cosas. Discerniendo entre buen y mal espíritu para elegir indiferentemente lo que más nos conduce al servicio de su Divina Bondad. Pidiendo su amor y gracia, que esta nos basta.

Tomad, Señor, y recibid

Tomad, Señor, y recibid, toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad.
Todo mi haber y mi poseer. Vos me lo disteis, a Vos, Señor, lo torno.
Todo es vuestro. Disponed de todo a vuestra voluntad.
Dadme vuestro amor y gracia, que esta me basta (San Ignacio de Loyola).

Todo va a ir bien

Todo va a ir bien Mientras haya un horizonte en esta tierra, mientras no pierdas las ganas de reír, mientras brille en nuestro cielo alguna estrella, no te rindas, no te canses de vivir.

TODO VA A IR BIEN, TODO VA A IR BIEN TODO, TODO, TODO TODO VA A IR BIEN

Mientras haya quien denuncie en las aceras, la injusticia, las promesas sin cumplir… Mientras quede algún peldaño en tu escalera, no te pares, no lo dejes sin subir. Mientras siga amaneciendo en cada aldea, mientras falte una canción por escribir, mientras sepas que aún te merece la pena, no te calles, no te quedes sin decir…

TODO VA A IR BIEN… TODO VA A IR BIEN… …DE ALGUN MODO SÉ QUE TODO… TODO VA A IR BIEN.

Pongo mi vida en tus manos

Pongo mi vida en tus manos.
Padre mío me abandono a Ti.
Haz de mí lo que quieras.
Estoy dispuesto a aceptarlo todo.
Porque Tú, Tú eres mi Padre.
(Luis Guitarra)

http://www.youtube.com/watch?v=2P-XxlfAoGk&feature=youtube_gdata_player

Un caño, ¡qué poca cosa, Señor!

Caño de una fuente de caminantes. Los que pasan se fijan en el agua, pero ¿y en el caño? Si fuera de oro seguro que me mirarían, pero ¡qué poco tiempo estaría en la fuente del camino! Iría a parar a un museo tal vez, o a un taller de fundición. Dejaría de ser útil, de recibir y dar agua. ¿Y si fuera de plata? A lo mejor duraría un poco más. Pero, acabaría quizás en una vitrina o transformado en algo más valioso.

Pero soy muy poca cosa, Señor, ¡un caño de hierro, latón, hojalata! ¡Qué más da, nadie se fija en mí! Pero, ¡qué me importa! Sé que fuente sin caño, dejaría de ser fuente.

Aquí estoy para recibir el agua limpia y fresca y simplemente ofrecerla al caminante, para apagar su sed, al cansado, para hacer un alto en el camino al sudoroso, para refrescarle.

No aspiro a más, pero tampoco a menos. Sé que sólo presto un servicio. Doy lo que recibo. Nada me quedo para mí. Soy para los otros.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad