Sin querer entender cómo la goza

Y advertid mucho a esta comparación, que me puso el Señor estando en esta oración (la oración de quietud), y cuádrame mucho: está el alma como un niño que aún mama cuando está a los pechos de su madre, y ella, sin que él paladee, échale la leche en la boca por regalarle. Así es acá, que sin trabajo del entendimiento está amando la voluntad, y quiere el Señor que, sin pensarlo, entienda que está con Él y que sólo trague la leche que Su Majestad le pone en la boca y goce de aquella suavidad, que conozca le está el Señor haciendo aquella merced y se goce de gozarla; mas no que quiera entender cómo la goza y qué es lo que goza, sino descuídese entonces de sí, que quien está cabe ella no se descuidará de ver lo que le conviene. Porque si va a pelear con el entendimiento para darle parte trayéndole consigo, no puede a todo; forzado dejará caer la leche de la boca y pierde aquel mantenimiento divino (Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección 31, 9).

Te escogí para que fueras profeta entre las naciones

«Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno, yo te había consagrado, te había constituido profeta para las naciones».
En cuanto a ti, cíñete la cintura, levántate y diles todo lo que yo te ordene. No te dejes intimidar por ellos, no sea que te intimide yo delante de ellos.
Mira que hoy hago de ti una plaza fuerte, una columna de hierro, una muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes de Judá y a sus jefes, a sus sacerdotes y al pueblo del país.
Ellos combatirán contra ti, pero no te derrotarán, porque yo estoy contigo para librarte -oráculo del Señor-» (Jeremías 1,4-5.17-19).

Contemplando cómo otros acompañan

Contemplando personas que acompañan a otras cuando lo necesitan. Se preocupan, velan y actúan pensando lo mejor para ellas. Problemas graves que se hacen llevaderos gracias a ellas. Contemplando la NO indiferencia hacia los demás. Gracias, Señor, por ser testigo de este cuadro cotidiano oculto que te hace presente. Es una maravilla contemplarlo.

¿Por qué haces caso a los rumores?

Saúl miró hacia atrás, y David, inclinándose con el rostro en tierra, se postró y le dijo: «¿Por qué haces caso a los rumores de la gente, cuando dicen que David busca tu ruina?

Hoy has visto con tus propios ojos que el Señor te puso en mis manos dentro de la cueva. Aquí se habló de matarte, pero yo tuve compasión de ti y dije: ‘No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido del Señor’.

¡Mira, padre mío, sí, mira en mi mano el borde de tu manto! Si yo corté el borde de tu manto y no te maté, tienes que comprender que no hay en mí ni perfidia ni rebeldía, y que no he pecado contra ti. ¡Eres tú el que me acechas para quitarme la vida!

Que el Señor juzgue entre tú y yo, y que él me vengue de ti. Pero mi mano no se alzará contra ti.

‘La maldad engendra maldad’, dice el viejo refrán. Pero yo no alzaré mi mano contra ti.

¿Detrás de quién ha salido el rey de Israel? ¿A quién estás persiguiendo? ¡A un perro muerto! ¡A una pulga!

Cuando crees

¿Quién sabe qué milagro podrías lograr? Si crees, de alguna manera lo harás. Lo harás si crees.

En esta época de temor, cuando la oración resulta tan seguido en vano, la esperanza se parece a un pájaro de verano.

Sin embargo, ahora estoy aquí. Mi corazón está tan lleno que no lo puedo explicar. Buscando la fe y diciendo palabras que nunca pensé que diría.

Los milagros no siempre suceden cuando los pides. Y es fácil rendirse a los miedos. Pero cuando estás ciego de dolor y no puedes ver el camino, una pequeña pero insistente voz te dice que la esperanza está muy cerca.

Tomado de «When You Believe» (Cuando crees) de la banda sonora de la película “El Príncipe de Egipto” (1998), que ganó el Óscar a la mejor canción.

Buenos días, Señor

Buenos días, Señor, a ti el primero que encuentra la mirada del corazón apenas nace el día. Tú eres la luz y el sol de mi jornada.

Buenos días, Señor, contigo quiero andar por la vereda. Tú, mi camino, mi verdad, mi vida; Tú la esperanza firme que me queda.

Buenos días, Señor, a ti te busco. Me abandono en tus brazos amorosos, al despertar la aurora. Quiero que me cuides, me protejas y me guíes. Quiero encontrarte siempre en mis hermanos.

Buenos días, Señor resucitado, que traes la alegría al corazón que va por tus caminos.

¡Vencedor de tu muerte y de la mía!

2016-01-15 El papa Francisco apela a favor del respeto a las religiones

El papa Francisco lanzó este jueves un original videomensaje para promover el respeto y el diálogo entre las religiones, una cita con los espectadores de todo el mundo que repetirá todos los meses. En el mensaje, de dos minutos de duración, que se puede ver en la página RomeReports.com, el pontífice argentino aparece sentado en su escritorio en el Vaticano y habla en español. El hecho de que «la mayor parte de los habitantes del planeta se declaren creyentes» debería provocar «un diálogo entre las religiones», dice el Papa Francisco.
 

Sin quedarse en el fracaso

Reconocer que el dolor y el fracaso en nuestra vida existen, nos muestra un camino que atraviesa el sufrimiento para encontrar el valor que tiene. La lectura del mundo sobre el fracaso no coincide con la lectura de Dios. La experiencia de las estériles en la biblia era vista como una maldición, la continua sospecha de haber hecho algo mal (como ahora perder un trabajo, o ser maltratada, o que te abandone tu pareja). Dios, sin embargo no lo vio así. Reconocer el fracaso no nos puede llevar a quedarnos atascados en él. Saúl decayó por la envidia tan grande a David. Sin embargo, David, nunca permitió que se hablara mal de él, porque vio su vida en completitud, poniendo en contexto el daño que le hizo frente a otro mucho bien.

2016-01-07 Oración ecuménica: Cristo es mi Salvador, Señor, Amor, Paz, Perdón, Libertador

Esta oración tuvo lugar el 7 de enero de 2016. En ella se muestran textos en los que Cristo es mi Salvador, Cristo es mi Señor, Cristo es mi Amor, Cristo es mi Paz, Cristo es mi Perdón, Cristo es mi Libertador. Una oración en la que se escuchaba el silencio, el recogimiento y la presencia de ese Cristo en todas sus facetas.
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