¿Acostumbrados a hablar con gente que no conoce a Dios?

La esperanza nos abre el corazón, nos preserva del egoísmo y nos lleva a amar. Es armarse con el yelmo de esperanza en el cielo. La esperanza nos salva de tantas cosas …

Pablo está acostumbrado (como a la mayoría de nosotros) a tratar con personas que no han conocido a Dios. Al conocerlo se llenan de esperanza que les hace vivir de otra manera. Descubrimos que no somos de este mundo y estamos llamados a construir una sociedad nueva. Aunque camine por cañadas oscuras, no tememos porque Dios va con nosotros, es nuestro buen pastor. Esperanza es saber que Dios nos acompaña en comunión. No nos preguntamos cómo tener esperanza para nosotros sino para los demás. La esperanza nace del anuncio de la llegada de Dios.Ll

No vamos a ser presa del vacío

Conocemos a Dios, tenemos futuro, un sentido y un para qué, una certeza de que no vamos a ser presa del vacío. Vivir la esperanza futura nos da mucha fuerza para vivir el presente. El diario de Anna Frank lleva al límite la esperanza humana pero los cristianos aspiramos a una esperanza con mayúsculas que es Dios mismo, un amor sin condiciones, la vida eterna.

Para crecer en esperanza nos ayuda mirar el pasado con agradecimiento (la memoria agradecida), al presente con mucha atención (estando vigilantes y ver cómo Dios actúa en cada momento) y al futuro con ojos abiertos, porque Jesús viene a estar con nosotros. Por la esperanza aspiramos al cielo, la felicidad que no se acaba.

Adviento, tiempo de esperanza

Adviento es tiempo humilde para recibir al niño Jesús en medio de un momento que se nos hace oscuro, agitado, lleno de ansiedad cuando somos presa de la angustia, la desesperación y el cansancio. Vivimos en una cultura de la desesperanza. La esperanza cristiana va más allá de la alegría humana. Es una gracia que nos invita a mirar al futuro con esperanza hasta el límite de esperar contra toda esperanza.

Jesús vino, viene y vendrá a nuestra vida. Quizá por eso los cristianos podemos convivir con la desesperanza. La esperanza del cristiano viene del Señor, de que siempre viene a salvarnos.

El esfuerzo humano es inútil sin Dios

SALMO 126

Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, que comáis el pan de vuestros sudores: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos; su salario, el fruto del vientre: son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena con ellas su aljaba: no quedará derrotado cuando litigue con su adversario en la plaza.

2016-10-27 Principio y Fundamento

Esta oración tuvo lugar el jueves 27 de octubre de 2017 a las 20:45h en CRISMHOM (Barbieri 18). El  fundamento de la vida es un compendio de cosas sencillas y pequeñas. Cosas que ocurren un día como otro cualquiera. Se van sucediendo en el tiempo y otro día cualquiera, piensa uno si la vida vale la pena. Al intentar responder una vez más sobre el fundamento de nuestra vida, aparecen de nuevo las cosas pequeñas. ¡Qué pequeño es el fundamento de nuestra vida! y lo cierto es que al juntar muchas cosas sencillas y pequeñas se va formando un gran motivo por el que dar gracias, un inmenso motivo por el que la vida vale la pena. Hay veces que cuando queremos responder grandes cosas, las palabras llenan nuestra boca; incluso hasta nos atragantamos. Pero las palabras abandonan nuestra boca sin llevarse un pedacito de nuestro corazón. Por el contrario, las cosas sencillas y pequeñas no atragantan nuestra boca y es nuestro corazón el que se muestra y no nuestras palabras.

¿Qué sale de nuestra boca?

Malas palabras no salgan de vuestra boca; lo que digáis sea bueno, constructivo y oportuno, así hará bien a los que lo oyen. No pongáis triste al Espíritu Santo de Dios con que él os ha marcado para el día de la liberación final. Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda la maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo (Efesios 4,29-32).

Buenos días, Señor

Buenos días, Señor, a ti el primero
encuentra la mirada
del corazón, apenas nace el día:
Tú eres la luz y el sol de mi jornada.

Buenos días, Señor, contigo quiero
andar por la vereda:
Tú, mi camino, mi verdad, mi vida;
Tú, la esperanza firme que me queda.

Buenos días, Señor, a ti te busco,
levanto a ti las manos
y el corazón, al despertar la aurora:
quiero encontrarte siempre en mis hermanos.

Buenos días, Señor resucitado,
que traes la alegría
al corazón que va por tus caminos
¡vencedor de tu muerte y de la mía!

2016-10-15 P. Arturo Sosa SJ, 31° Superior General de la Compañía de Jesús

Jesuitas EspañaLa 36ª Congregación General de la Compañía de Jesús ha elegido al Padre Arturo Sosa Abascal, SJ de la Provincia de Venezuela, como nuevo Superior GeneralEl P. Arturo Sosa nació en Caracas (Venezuela) el 12 de noviembre de 1948. Es delegado para la Curia y las casas y obras interprovinciales de la Compañía de Jesús en Roma, y es Consejero del Padre General. Es licenciado en Filosofía por la Universidad Católica Andrés Bello (1972) y doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Central de Venezuela. El P. Sosa habla español, italiano e inglés, y entiende el francés.

Osando pensar que si no hacen como yo, hacen mal

Y viene otro daño de aquí, que es juzgar a otros: como no van por nuestro camino, sino con más santidad (por aprovechar el prójimo tratan con libertad y sin esos encogimientos [creerse mejores]), luego os parecerán imperfectos. Si tienen alegría santa, parecerá disolución, en especial en las que no tenemos letras ni sabemos en lo que se puede tratar sin pecado. Es muy peligrosa cosa y un andar en tentación continuo y muy de mala digestión, porque es en perjuicio del prójimo; y pensar que si no van todos por el modo que vos, encogidamente [creyéndose mejores], no van bien, es malísimo. Y hay otro daño: que en algunas cosas que habéis de hablar (y es razón habléis) por miedo de no exceder en algo, no osaréis sino por ventura decir bien de lo que sería muy bien abobinaseis (Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección 41, 6).

Imágenes cotidianas

Se me escapan muchas imágenes cotidianas, escenas del día a día por no acabar de tener tiempo en pararme a mirarlas. Me maravillo contemplando estas escenas, escenas de lo más simple de este mundo pero vistas desde fuera de él. Este mundo no las ve, aunque no soy el único que lo hace. Yo las veo sin esfuerzo, sin buscarlo y me maravillo. Sin embargo, por no concederme un segundo en mirarlas, en ocasiones se me escapan.

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