La Cuaresma: tiempo de curación

La Cuaresma no es tanto un tiempo de castigo cuanto de curación.

La Cuaresma es una época de especial reflexión y oración, un retiro de cuarenta días en que cada cristiano, en la medida de sus posibilidades, trata de seguir a Cristo al desierto mediante la oración y el ayuno.

De este modo, para la iglesia, la Cuaresma no es un tiempo de prácticas penitenciales formales, sino un tiempo de metanoia (cambio), la conversión de todas las mentes y corazones a Dios, en preparación para celebrar el misterio Pascual.

Thomas Merton

La fe que no razona

Dame, Señor, la fe que no razona y que en todo te ve.

Esclarece los ojos de mi alma, dame vida de fe.

Yo no entiendo el porqué de muchas cosas, pero confío en ti.

Cuando Tú lo permites y lo dispones, convendrá así.

Que eres el más amante de los padres, no lo puedo dudar.

Por eso, aunque me aflijas, te quiero siempre amar.

Quiero vivir unido siempre a tu voluntad y verte a Ti en todos los sucesos de mi vida.

Y, ciegos los ojos del sentido, que ni entienden ni ven,
elevar mi mirada hacia el cielo, «por la vida de fe».

Sobre la cuaresma

 

Se acerca la Cuaresma, tiempo de reflexión. Tiempo para caer en la cuenta, tiempo de revisión. Se inicia el miércoles de ceniza, con el deseo de conversión.
 
Es un momento privilegiado, sin las distracciones del tiempo de Navidad; sin compras, sin tanta fiesta. Para algunos una excusa, momento para viajar, para ir a la playa, para descansar.
 
El niño que nos nació ha crecido, ya se ha hecho mayor. Se ha ofrecido al extremo. No ha hecho otra cosa que amar. Amar a los desahuciados, a los pobres y marginados. Nos invita a enterrar nuestros complejos, los impedimentos a la felicidad. Enterrarlos hondo bajo tierra, para que germine una nueva vida, una inmensa actitud de gratuidad; un gran gracias por tanto bien recibido. Un borrón y cuenta nueva. Un deseo de volver a empezar, de olvidar los errores, de poder mejorar. Un deseo de acompañar a Cristo, de saber pasarlo mal, de aceptar el dolor y afrontarlo con esperanza. Dolor que pese a todo duele, y a veces duele mucho.

2013-02-12 Comunicado con motivo de la renuncia del papa

A todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Esta mañana, el mundo ha amanecido con la noticia de la renuncia del Papa Benedicto XVI. Desde Crismhom, como comunidad cristiana LGTB y de mayoría católica, queremos hacer un llamamiento general a todos los cristianos y personas de buena fe del mundo. Nos gustaría contar con su oración y la ayuda del Espíritu Santo, para que el colegio cardenalicio apueste por un modelo de renovación carismática en la sede Petrina.

Esta renovación debería apostar por la dignidad de hombres y mujeres y la perfecta integración de fe, afectividad y sexualidad como partes integrantes, fundantes e indisolubles del Ser humano en general, y en particular del colectivo homosexual, lésbico, transexual y bisexual. El colectivo LGTB en general, y en particular el colectivo LGTB cristiano, ha venido sufriendo durante siglos una profunda incomprensión de su realidad. Ha existido y existe un rechazo hacia su realidad social y personal por una parte de la jerarquía de la iglesia católica, así como de otras iglesias cristianas. Todo esto origina rechazo, problemas de aceptación y sufrimiento por parte de este colectivo en todo el mundo. Nosotros vivimos y creemos en un Dios del Amor, que nos ha hecho a su imagen y semejanza. Un Dios que respeta la dignidad de nuestro Ser, integrador de Fe, afectividad y sexualidad, que nos invita al amor profundo entre las personas y también a la comunión del amor profundo entre personas del mismo sexo. Cuando un amor profundo y cristiano une dos personas, es el Señor quien lo hace.

 

Crismhom, 11 de febrero de 2013

Imponiendo las manos para que el Espíritu entre y sane

Apenas desembarcaron, la gente reconoció en seguida a Jesús, y comenzaron a recorrer toda la región para llevar en camilla a los enfermos, hasta el lugar donde sabían que él estaba. En todas partes donde entraba, pueblos, ciudades y poblados, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejara tocar tan sólo los flecos de su manto, y los que lo tocaban quedaban curados.

Visualizando personas y órganos enfermos. Imponiendo nuestras manos sobre ellos. Pidiendo a Dios que su Espíritu entre y sane.

Yo seré quien calme tu miedo y tu dolor

El Señor me dice: Yo seré quien viva. Yo seré tu voz. Yo seré la fuerza que haga que hoy tú vivas mi misión. Yo seré quien calme tu miedo y tu dolor. Haz que en tu vida descubran a aquel que por ellos la entregó.

Podemos expresar el amor de Dios

El camino de la felicidad en el seguimiento de Jesús, consiste en el don de nosotros mismos, día tras día. Por nuestra vida, con gran sencillez, podemos expresar el amor de Dios.

La felicidad se despierta por la sorpresa de un encuentro, una amistad que perdura, la creación artística o la belleza de la naturaleza.

Lo que quiero ahora

La Vanguardia, por Ángeles Caso. Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.

Conservar la paz en medio de la lucha

Conviene que, aun en medio de nuestras luchas, conservemos siempre la paz del espiritu, para que la mente pueda discernir los pensamientos que la asaltan, guardando en la despensa de su memoria los que son buenos y provienen de Dios, y arrojando de ese almacen natural los que son malos y proceden del demonio. El mar cuando está en calma permite a los pescadores ver hasta el fondo del mismo y descubrir donde se hallan los peces, en cambio cuando está agitado se enturbia e impide aquella visibilidad, volviendo inútiles todos los recursos de los pescadores. Solo el Espiritu Santo puede purificar nuestra mente, si no entra el, como el mas fuerte del evangelio, para vencer al ladrón, nunca le podremos arrebatar a éste su presa.

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