Buscando sentido, intentando en todo momento parar sin conseguirlo. Contemplando el sinsentido de los atentados en París. Pidiendo por familiares y conocidos de las víctimas. Intentando agararme al amor, la tolerancia, el perdón que parecen un clavo ardiendo. Pidiendo fuerza no humana para devolver bien por mal. Contemplando nuevamente a Cristo en la cruz: «perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen». Ante el sinsentido, su respuesta más allá de nuestra humanidad: amor, no violencia y perdón.