Amad a vuestros enemigos; haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen; orad por los que os vituperan. Al que te hiera en la mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, no le niegues tampoco la túnica. A todo el que te pida, dale, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames. Y así como queréis que los demás os hagan, hacedlo vosotros a ellos.
Si en algún momento me encuentro haciendo esto, al menos sabré con certeza que no es producto de mis entrañas, sino fruto de tu amor.