Has estado hablando mucho acerca de dar muerte a los viejos apegos para ingresar a un nuevo lugar, donde Dios te espera. Pero es posible terminar con muchos noes: no a tu antigua manera de pensar y de sentir, no a las cosas que hiciste en el pasado y, sobre todo, no a las relaciones humanas que alguna vez fueron preciadas y vivificadoras. Estas dando una batalla espiritual llena de noes y llegas a la desesperacion cuando descubres lo dificil que parece, si no imposible, desconectarte del pasado.
El amor que te llega a ti en particular, las amistades humanas concretas y que despertaron tu adormecido deseo de ser completa e incondicionalmente amado, eran reales y autenticas. No hay que negarlas como peligrosas e idolatricos. El amor que te llega a traves de los seres humanos es genuino, es un amor dado por Dios, y necesita ser celebrado como tal. Cuando las amistades humanas demuestran ser
invivibles porque exiges que tus amigos te quieran de maneras que estan mas alla de la capacidad humana, no tienes que negar la realidad del amor que recibiste. Cuando intentas dar muerte a ese amor, a fin de encontrar el amor de Dios, estas haciendo algo que Dios no quiere. La solucion no es dar muerte a las relaciones vivificadoras, sino darse cuenta de que el amor que en ellas recibiste forma parte de un amor mas grande.
Dios te ha dado una hermosa identidad. Alli Dios reside y te ama con ese primer amor que precede a todo amor humano. Llevas tu propia identidad, profundamente amada, en tu corazon. Puedes y debes aferrarte a la autenticidad del amor que te fue dado y reconocer ese mismo amor en los otros que ven tu
bondad y te aman.
Entonces, deja de intentar dar muerte al verdadero amor particular que has recibido. Muestrate agradecido por el y consideralo como lo que te permitio abrirte al primer amor de Dios.
(Herni J. M. Nouewn, La voz interior del amor)