Pedimos al espíritu la gracia en este mes de preparar el corazón para acoger al niño Dios que nace. Y junto a él tantos olvidados: refugiados, personas sin hogar y familia, y en general a los que son tratados peor. Infunde tu amor y tú alegría en nosotros.
Roguemos también por la intercesión de todos los que nos han precedido y han permanecido Santos, para que su ejemplo y protección nos de fuerzas para construir el reino que Dios quiere hacer ya en este mundo y en nosotros mismos.