Animación. (Canto)…
Introducción.
Hoy es un día realmente especial para la Iglesia y para todo el género humano, pues en estas fechas, comienzos de noviembre, casi tod@s las personas, nos vemos embargados por sentimientos y emociones muy fuertes, pues recordamos a tantas personas que han tocado nuestras vidas, padres, hermanos, hijos, otros miembros de la familia, amigos, maestros, vecinos, compañeros de trabajo, entre otros, quienes con su presencia inundaron nuestra existencia, le dieron sabor a nuestro ser.
Hoy es un día realmente especial para la Iglesia y para todo el género humano, pues en estas fechas, comienzos de noviembre, casi tod@s las personas, nos vemos embargados por sentimientos y emociones muy fuertes, pues recordamos a tantas personas que han tocado nuestras vidas, padres, hermanos, hijos, otros miembros de la familia, amigos, maestros, vecinos, compañeros de trabajo, entre otros, quienes con su presencia inundaron nuestra existencia, le dieron sabor a nuestro ser.
Canto. Pueblo de Reyes.
Vamos a escuchar un comentario a la Liturgia del día de hoy.
Querid@s herman@s. Hay sentimientos que son difíciles de controlar. Y tampoco está muy claro que haya que hacerlo. A muchos seres humanos nos embargan sentimientos especiales en ciertas fechas del año. En ellas el recuerdo de aquellos a quienes hemos querido y ya han dejado este mundo cobra una intensidad especial y retornan cierta tristeza y el deseo de haber compartido más con ellos. Se dice que el paso del tiempo cura determinadas penas; pero estas sensaciones vuelven y vuelven, incluso a quienes nos tenemos por discípulos del Resucitado. A veces se cuestiona que los que tenemos fe podamos compartir esas tristezas, pero es algo bien comprensible: hay sentimientos que no son sino la muestra del amor que hubo, ha habido y hay (y pocas cosas son más ‘cristianas’ que estas).
En muchos países una de esas fechas son los primeros días de noviembre. El recuerdo a los difuntos y la visita a los cementerios avivan la densidad de una ausencia o -mejor dicho- de otros modos de presencia. Por eso son tan hermosos la Fiesta de Todos los Santos y el hecho de que la Iglesia haya querido reconocer y recordar a todos aquellos hombres y mujeres que sin haber sido canonizados pasaron su vida -como el Señor- haciendo el bien.
En esta solemnidad, se destaca que vamos hacia la Jerusalén celeste, aunque peregrinos en país extraño, alegres, “gozosos por la gloria de los mejores hijos de la Iglesia”.
Demos gracias al Padre por habernos rodeado de tanta gente bienaventurada que sin llamar la atención -o precisamente por eso- era tan especial.
La comunión de los santos.
En silencio cada un@, vamos a leer y meditar este fragmento extraído de: Últimas Conversaciones (15/07/1897) de Santa Teresita del Niño Jesús (1873-1897). Carmelita Descalza, Doctora de la Iglesia.
En silencio cada un@, vamos a leer y meditar este fragmento extraído de: Últimas Conversaciones (15/07/1897) de Santa Teresita del Niño Jesús (1873-1897). Carmelita Descalza, Doctora de la Iglesia.
Sor María de la Eucaristía quería encender las velas para una procesión. No tenía fósforos, pero al ver la lamparita que arde ante las reliquias, se acercó. Pero, ¡vaya!, la encontró medio apagada, no quedaba más que un débil destello en la mecha carbonizada. Sin embargo, consiguió encender su vela, y, gracias a su vela, se fueron encendiendo todas las de la comunidad. Fue aquella lamparita medio apagada la que produjo aquellas hermosas llamas que, a su vez, hubieran podido producir infinidad de otras e incluso encender el universo. Sin embargo, la causa primera de ese incendio se debería siempre a aquella lamparita. ¿Cómo es entonces que, sabiendo esto, las hermosas llamas podrían gloriarse de haber provocado semejante incendio, cuando ellas mismas sólo se encendieron gracias a aquella chispita?…Lo mismo ocurre con la comunión de los santos. Muchas veces, sin que nosotros lo sepamos, las gracias y las luces que recibimos las debemos a un alma escondida, porque Dios quiere que los santos se comuniquen la gracia unos a otros por medio de la oración, para que en el cielo se amen con un gran amor, con un amor todavía mucho mayor que el amor de la familia, incluso el de la familia más ideal de la tierra. ¡Cuántas veces he pensado si no podría yo deber todas las gracias que he recibido a las oraciones de un alma que haya pedido por mí a Dios y a la que no conoceré sino en el cielo! Sí, una chispita muy pequeña puede hacer brotar grandes lumbreras en toda la Iglesia, como doctores y mártires, que estarán muy por encima de ella en el cielo; ¿pero quién podría afirmar que la gloria de aquellos no se convertirá en la suya propia? En el cielo no habrá miradas de indiferencia, porque todos los elegidos reconocerán que se deben mutuamente las gracias que les han merecido la corona.
*La solemnidad que hoy celebramos, nos invita a regocijarnos en la grandeza de la fe, vivida en la esperanza y el amor, una fe que es comunitaria, hacia la salvación que se nos da por gracia de Dios, pero que no es otorgada a cada individuo de manera aislada, sino que esa Gloria de Dios, será también comunitaria. Escuchemos estas líneas que ensalzan las virtudes de los hombres y mujeres que buscan construir un mundo mejor, el verdadero reinado de Dios.
Benditos los Pies
1. Benditos los pies de quien, en la lucha por la vida, encuentra tiempo de ir por los caminos del mundo, entrar en las casas y acercarse a las personas para anunciarles que Cristo vive y es nuestra esperanza.
2. Benditos los pies que se apresuran a la invitación de Jesús: “Id por todo el mundo, predicad el Evangelio a tod@s”, superando cualquier distancia para encontrar, junto a los hermanos, el sentido de la alegría, para celebrar con ellos la nueva alianza en Jesucristo y sacar de su ser Iglesia, la energía necesaria para partir nuevamente cada día.
3. Benditos los pies de las personas que se olvidan y salen de sí mismas para consolar y ayudar a quien está enfermo y solo, a quien sufre, a quien está en duelo.
4. Benditos los pies de quien comparte su pan con el hambriento, se solidariza con el pobre, es testigo de la justicia y de la misericordia.
4. Benditos los pies de quien comparte su pan con el hambriento, se solidariza con el pobre, es testigo de la justicia y de la misericordia.
5. Benditos los pies que no se cansan de promover la verdad y la paz, de buscar a Dios, que no miden y no calculan, más trazan un surco profundo de gratuidad; que no se resignan, no paran frente al cansancio del camino, la decepción, el fracaso, porque se apoyan en la vida del resucitado.
6. Benditos los pies de quien busca la profecía de una palabra que ilumine la historia humana, de quien construye hermandad y amistad en medio de prejuicios y exclusiones.
7. Benditos los pies de quien busca a la persona allí donde es humillada y pisoteada, de quien descubre y protege la vida donde se sufre violencia y muerte.
8. Benditos los pies de los misioneros del Evangelio, de quien encarna la novedad del Reino, de quien sabe esperar y provocar, perseverar y sufrir para introducir lo eterno en la historia humana.
9. Benditos los pies de quienes renuevan la Eucaristía en la rutina diaria, mensajeros del amor que guía y une los fragmentos dispersos de la existencia.
10. Benditos los pies que abren caminos todavía invisibles, que andan llevando en el corazón el misterio de una presencia que da paz total.
11. Benditos los pies lavados por la sangre del Hombre Dios.
Del Evangelio de san Mateo (5,1-12):
Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»
Canto. Bienaventurados (Himno JMJ Cracovia).
Salmo de las bienaventuranzas para el mundo de hoy.
Si Jesús acudiera hoy a uno de los sitios donde por diversas razones se congregan las multitudes y nos invitara a sentarnos para escucharle, quizá su sermón podría ir en esta línea…
Si Jesús acudiera hoy a uno de los sitios donde por diversas razones se congregan las multitudes y nos invitara a sentarnos para escucharle, quizá su sermón podría ir en esta línea…
Todos. Bienaventurados los santos de ayer, de hoy y de siempre, los de cada día, los anónimos, los reconocidos y, tod@s quienes ya han partido de este mundo, pero han dejado su huella de amor en nuestras vidas.
-Bienaventurados los limpios de corazón, los que son capaces de construir la paz con la paz.
-Bienaventurados los que, a golpe de justicia y amor, despedazan las cadenas de la miseria y la guerra.
-Bienaventurados todos los hombres que, con sus vidas, no permiten que nazca y crezca el odio.
-Bienaventurados los que tienen un corazón universal y no se encierran en su pequeño mundo.
-Bienaventurados los que luchan positivamente contra las causas que engendran la droga, la prostitución, la criminalidad, la exclusión y la injusticia.
-Bienaventurados los justos, los que creen en la justicia y la buscan para tod@s.
-Bienaventurados los que son capaces de liberarse del mal y liberan a los demás.
-Bienaventurados los que promueven el desarrollo de la persona y, ayudan a que pueda realizarse plenamente, según la vocación que cada un@ ha recibido.
Canto. Las Bienaventuranzas.
1.Dichoso el que no pone su empeño en el dinero
Y vive la aventura de odiar toda ambición.
Pero pobres de aquellos que sueñan con ser ricos
Y venden su conciencia por una posición.
Dichoso el que no sabe jugar a oportunismos
Y dice en cada instante las cosas como son.
Pero pobres de aquellos que el sol que más calienta
Eligen como norma y adoran como un Dios.
Y vive la aventura de odiar toda ambición.
Pero pobres de aquellos que sueñan con ser ricos
Y venden su conciencia por una posición.
Dichoso el que no sabe jugar a oportunismos
Y dice en cada instante las cosas como son.
Pero pobres de aquellos que el sol que más calienta
Eligen como norma y adoran como un Dios.
LAS BIENAVENTURANZAS SON TODAS ESTAS Y MUCHAS MAS
VUELVE EL MUNDO DEL REVES, Y LAS TENDRAS
LAS BIENAVENTURANZAS SON EL CAMINO DE LA VERDAD.
VUELVE EL MUNDO DEL REVES, Y LAS TENDRAS
LAS BIENAVENTURANZAS SON EL CAMINO DE LA VERDAD.
2.Dichoso el que denuncia engaños y opresiones
y el ruido del dinero no puede con su voz.
Pero pobres de aquellos que saben y se callan
haciendo juego al río que riega la ambición.
Dichoso el perseguido por ir contra las leyes
de alguna insoportable e injusta situación.
Pero pobres de aquellos que olvidan la justicia
y dicen que la calma es siempre lo mejor.
y el ruido del dinero no puede con su voz.
Pero pobres de aquellos que saben y se callan
haciendo juego al río que riega la ambición.
Dichoso el perseguido por ir contra las leyes
de alguna insoportable e injusta situación.
Pero pobres de aquellos que olvidan la justicia
y dicen que la calma es siempre lo mejor.
Silencio. Ecos, Peticiones, Acción de gracias.
Acción de gracias y Peticiones.
PADRENUESTRO.
Padre Nuestro (Cantado)
ORACIÓN COMUNITARIA
Señor Jesucristo, imploramos tu protección e intercesión ante el Padre por toda la comunidad LGTBI+H, por todas aquellas personas que no se aceptan a sí mismas, que sufren en soledad, son perseguidas por su orientación sexual o su identidad de género y que no son comprendidas, ni aceptadas en su entorno más cercano. También te damos gracias y te pedimos por CRISMHOM, para que juntos construyamos tu Reino y seamos luz y faro de nuestra comunidad LGTBI+H de Madrid. AMÉN.
Bendición: El Señor nos bendiga y nos guarde; nos muestre su rostro y tenga misericordia de nosotros. Vuelva su rostro a nosotros y nos conceda la paz. El Señor nos bendiga, hermanos y hermanas.