XIII Edición Premio Arco Iris CRISMHOM 2019

El 5 de julio de 2019 tiene lugar la entrega de la XIII edición del premio Arco Iris CRISMHOM en Barbieri 18 a María Luisa Berzosa (religiosa de la congregación de las Hijas de Jesús) y a Ramón Llorente (sacerdote de la diócesis de Madrid). Este premio se entrega a personas o instituciones que se destacan por su defensa de derechos y el apoyo de las personas LGTBI cristianas, que sufren una doble discriminación: por ser LGTBI dentro de las iglesias cristianas y por ser cristianas dentro del colectivo LGTBI.

En el caso de María Luisa, ella ha tenido un papel fundamental cara al trabajo del acompañamiento espiritual de personas LGTBI dentro y fuera de CRISMHOM y ha contribuido fuertemente en la normalización y visibilización de la realidad LGTBI cristiana en el sínodo de los jóvenes en el que participó activamnete. En cuanto a Ramón, ha contribuido con su trabajo pastoral, presencia y acompañamiento de la realidad LGTBI durante más de una década dentro y fuera de CRISMHOM. En particular, ha luchado por la normalización de la realidad LGTBI dentro de las parroquias a través de una celebración de oración en el día de la LGTBIfobia en su parroquia con fuertes consecuencias para él y su vicario episcopal. Esto fue debido a reacciones fuertemente beligerantes y persecutorias de sectores conservadores dentro de la Iglesia Católica que han acabado con el trabajado y exitoso proyecto pastoral desarrollado a la largo de varios años en esta parroquia.

La celebración e desarrolla en un espacio festivo/lúdico lleno de profundidad, emoción y presencia de muchos amigos, simpatizantes y personas comprometidas de fuera y dentro de CRISMHOM que quisieron acompañar a las personas galardonadas.

Está disponible el registro del AUDIO de la presentación en clave de humor de la gala de entrega del premio a cargo de Julián. A continuación, el vídeo con el recorrido por todas las personas e instituciones premiadas desde la fundación del premio.

 


Discurso del presidente de CRISMHOM.

A continuación se presenta el discurso introductorio del presidente de CRISMHOM, Enzo Guardino.

Queridos hermanos y hermanas, hoy para nuestra comunidad es un gran día  y  un gran privilegio entregar el XIII premio arco iris a nuestra queridísima Maria Luisa Berzosa y a nuestro queridísimo Ramón Llorente García.
 
Nuestra relación con Maria Luisa se ha visto fuertemente reforzada a lo largo de estos años por su cercanía, compromiso e implicación con nuestra comunidad, por la gran labor de acompañamiento que realiza, por ser una gran evangelizadora dando  visibilidad a las personas LGTBI, en los distintos ámbitos de Iglesia y por ser una mujer valiente que apuesta siempre por la inclusión.  
 
Ramón, miembro comprometido de nuestra comunidad, sacerdote con “olor a ovejas”, siempre ha dado visibilidad al colectivo LGTBI en el ámbito de su parroquia y de la diócesis de Madrid. 
 
Desde los inicios, ha sido un enlace con la diócesis de Madrid, trabajando por la inclusión del colectivo dentro de la Iglesia, siendo ejemplo de humildad y valentía ante todos sus compañeros sacerdotes y colaborando activa y abiertamente en CRISMHOM, a pesar de las consecuencias que podían repercutirle. 
 
Las  Iglesias, hoy más que nunca, necesitan personas como vosotros que anuncien el Evangelio de la alegría y de la inclusión, apóstoles del arco iris dispuestos a tender puentes  y abrir caminos. Personas que vayan contracorriente y  enseñen que otra Iglesia es posible donde nadie se sienta excluido, sino que encuentren el calor de una Iglesia  madre que acoge, cuida, respeta y ama a sus hijos, sin ninguna distinción. 
 
Gracias María Luisa, gracias Ramón por la labor que estáis haciendo. Gracias por sembrar la semilla del buen trigo en los terrenos, muchas veces hostiles de la Iglesia. Gracias por solidarizaros con el dolor de tantos  hombres y mujeres que por su condición afectiva sexual han sido y son perseguidos y discriminados y gracias por trasmitir el gozo del amor desbordante de Dios Padre y Madre, recordando a todas las Iglesias que también las personas LGTBI son un sacramento de la presencia de Dios y un carisma para enriquecerla.  
 
Quiero finalizar este  breve discurso con una oración trata del libro “Tender Puente” de James Martin: 
 
Una oración para cuando me siento rechazado
El presidente de CRISMHOM finalizó su intervención leyendo la oración de conclusión que se incluye en el libro «Tender un puente» escrito por el jesuita James Martin, que nos sitúa ante los pilares de un puente necesario entre la comunidad LGTBI y la iglesia institucional.
 
Dios amoroso, tú me hiciste tal como soy. 
Te alabo y te amo porque me creaste maravillosamente,  a tu imagen y semejanza. 
 
Pero cuando la gente se burla de mí, me siento herido, violentado y hasta avergonzado. 
 
Por eso te ruego, oh Dios, que me ayudes a recordar mi bondad, que radica en ti. 
 
Ayúdame a recordar mi dignidad, que tú me concediste cuando fui concebido. 
 
Ayúdame a recordar que puedo vivir una vida de amor, porque tú creaste mi corazón. 
 
Permanece conmigo cuando la gente hace que me sienta “distinto”, y ayúdame a responder como tú deseas que lo haga: con un amor que respete al otro, pero respetándome también a mí. 
 
Ayúdame a encontrar amigos que me amen tal como soy. 
 
Ayúdame, sobre todo, a ser una persona tierna. 
 
Y ayúdame, Dios, a recordar que Jesús me ama, pues también el fue enviado como un marginado, también el fue incomprendido, también a el le escupieron. 
 
Jesús me comprende y me ama con un amor especial  por la forma en que tú me hiciste. 
 
Y cuando me siento solo, ayúdame a recordar que Jesús acogió a todos como amigos. 
 
Jesús recordó a todos que Dios los amaba. 
 
Jesús animó a todos a reconocer su propia dignidad, aun cuando otros no fueran capaces de reconocerla. 
 
Jesús amó a todos con el amor que tú le diste. Y también me ama a mí. 
 
Una cosa más, oh Dios: 
 
Ayúdame a recordar que nada es imposible contigo, que tú tienes una forma mejor de hacer las cosas, que tú puedes hallar una forma de amor para mí, aunque yo no pueda verla en este momento. 
 
Ayúdame a recordar todas estas cosas en el corazón que tú creaste, Dios amoroso. 
 
Amen. 
 

Presentación y discurso de María Luisa Berzosa
A continuación se muestra el discurso de María Luisa Berzosa tras la recepción del premio Arco Iris. También está disponible un vídeo de presentación de María Luisa a cargo de Amílcar.
 
Hablar de emociones, hoy y aquí, en este encuentro es obligatorio, mejor dicho, no puedo evitarlo. Es imperioso expresar mi emoción que en este acto tiene tres nombres: se llama sobre todo en mi corazón, gratitud, asombro y amor mutuo.
 
Gratitud tiene que ver con gratuidad, porque se me da un regalo y como tal inmerecido,  incondicional, gratuito; y el regalo no pide razones, se da, se recibe, se agradece y se enseña a los demás y se disfruta.
 
Pero a veces el regalo causa tal sorpresa que una no acierta a rasgar el papel que lo envuelve para traspasar la apariencia y encontrar el tesoro que aparece escondido, encubierto y cuando se descubre el grito de exclamación asombrosa surge con fuerza y sin poder evitarlo. O queda la sorpresa en el rostro porque no se puede emitir palabra alguna y se expresa en un caluroso abrazo o en la mágica palabra gracias, apenas balbuceada.
 
Pero nada de esto se entiende, porque no es de cabeza, sino de cordialidad, de sentir y pasar por el corazón; sin el amor, de dar y recibir, un amor también gratuito, que surge, que fluye y que no se puede guardar, nada de esto tiene sentido ni valdría la pena para justificar estar aquí recibiendo un premio.
 
Tengo que reconocer que cuando llegué a Madrid experimenté lo que expresa muy bien Susanna Tamaro:
 
“Cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve».
 
Y mi corazón me trajo a Crismhom de la mano de Luisma que ahora está lejos, a miles de kilómetros de distancia, pero cerca en el cariño (desde Chicago se ha hecho presente). Fui acogida con exquisita amabilidad, por Fernando Dorado, me sentí en casa, experimenté una entrada natural, como sin artificios y desde ese momento fui entrando sucesivas veces y con algunas tareas que enseguida me pidió Alberto Elices, de dar acompañamiento, formación en fin de semana, preparar oraciones, pero lo mejor es poder venir y rezar con vosotros y vosotras, ser parte del grupo de acompañantes, es decir, ser y estar más que hacer y tal cual soy y me siento sin tener que demostrar ningún rol, ningún personaje, siendo yo misma … He podido cantar, bailar,  divertirme, disfrazarme en las convivencias con todos vosotros y vosotras.
 
La segunda o tercera vez que venía,  Alberto me dijo: “siéntate bajo nuestra bandera que te vamos a hacer una entrevista en vídeo”. Yo me dispuse a escuchar las preguntas y uno de vosotros me dijo: “¿no tienes miedo?” “¿Qué debo temer?”, pregunté yo: “es que eres monja y quizá van a decir …”. Respondí de nuevo: “llevo en mi congregación más de 50 años, ya me conocen y sigo … ¿Qué me puede suceder?” …
 
Y me encanta recibir el premio Arcoiris; para nadie que me conozca es un secreto que me encantan los colores. El arco iris es el mejor símbolo de lo que me parece es un signo de los tiempos hoy: la inclusión y la diversidad; no puede faltar ningún color porque entonces el arco iris estaría incompleto, ninguno puede quedar al margen, tiene que situarse pegado a los otros; eso es Crismhom: diversidad inclusiva, todos somos necesarios como los miembros en el cuerpo, ninguno sobra; esa es su esencia en el presente y lo seguirá siendo con mayor identidad en el futuro.
 
Termino, muchas gracias con asombro y amor, por este premio tan gratuito. Mi gratitud desde un corazón emocionado: a mis hermanas de congregación que me acompañan, a los amigos y amigas que han venido, algunos desde lejos haciendo un hueco en sus agendas para estar aquí; a las personas queridas que no están físicamente presentes pero han refrescado su vínculo de amistad y cariño en la distancia.
 
¡Que siga la fiesta y que viva y crezca Crishmom!
Muchas gracias!
 
María Luisa Berzosa fi
 

Presentación y discurso de Ramón Llorente
A continuación se muestra el discurso de Ramón Llorente tras la recepción del premio Arco Iris. También está disponible un vídeo de presentación de Ramón a cargo de Raúl.
 
Me he dejado los papeles en casa (risas). Hoy no he querido preparar nada por escrito, porque así voy a ser más largo… (risas).
 
En primer lugar, no sé si le volveré a dirigir la palabra a Julián porque me ha llamado “mayor”; yo, ¿mayor? … (risas). Cuando Enzo, en nombre de la junta directiva, me propuso ser candidato al premio Arco Iris, fue para mí una gran sorpresa. En primer lugar, porque me dije: “a los de la casa no se les da el premio, parece mucho enchufe”. En segundo lugar, tengo que decirlo, le comenté: “tengo que pensármelo”.
 
No voy a contar la historia de mi último evento en la parroquia, porque lo sabéis todos; pero pensé: “si se entera el obispo, a lo mejor no le gusta que reciba el premio Arco Iris CRISMHOM, porque al día siguiente puedo salir otra vez en la página web de Infovaticana, etc”.
 
Después de pensarlo, me dije, en las palabras de Raúl que bien me conoce y son muy sabias, que en la evolución que he hecho en los últimos años hay dos cosas que creo me caracterizan. La primera es que he perdido el miedo: he perdido el miedo hacia el activismo LGTBI y he perdido miedo a la jerarquía católica por hacerlo.
 
Entonces me dije, si mi comunidad quiere darme el premio, lo recibo porque es un regalo de mi comunidad. Cuando me enteré de que la otra candidata era María Luisa Berzosa, pensé que sería mejor que se lo dieran a ella por dos razones: la primera porque se lo merecía y la segunda porque ya que estoy un poco en “entredicho”, que aparte de no tener miedo cada vez soy más rebelde y crítico con la institución, siempre tendré una abogada en Roma (risas). Me alegré mucho cuando supe que el premio era conjunto: ¡Qué mejor que compartir el premio con mi amiga, compañera, María Luisa! Con lo cual el premio conjunto ha sido una gran satisfacción.
 
Yo quiero dar gracias. En primer lugar, a Dios por darme la vida. En segundo lugar, por mi madre. Muchos de los que aquí estáis no sabéis que yo fui sietemesino, hijo de madre soltera y nací hemiparéxico. Ante este pronóstico (con gran emoción), mi madre apostó por tenerme. Ayer la operaron de cáncer de mama, está muy bien, pero estoy sensible. Después de dar gracias a mi madre, quiero dar gracias a la Iglesia Católica porque en un momento muy difícil en mi historia particular, por una enfermedad ocular por la que pensaban que me iba a quedar ciego, D. Ángel Suquía, entonces presidente de la conferencia Episcopal y arzobispo de la diócesis de Madrid, decidió ordenarme sacerdote: tú tendrás un hueco en la diócesis aunque no veas. La providencia y la medicina quisieron que pudiera seguir viendo. Por eso quiero dar gracias a D. Ángel Suquía y a la diócesis de Madrid a la que pertenezco desde hace veintiocho años.
 
En tercer lugar, hoy quiero dar gracias fundamentalmente a CRISMHOM. Es curioso cómo conocí CRISMHOM. Fue en la Plaza de San Pedro de Roma. Un conjunto de compañeros fuimos a Roma en nuestro quince aniversario de ordenación sacerdotal y un compañero de curso y yo nos fuimos a conocer Roma de noche. En la plaza de San Pedro le dije que tenía un grupo de gais, “Catholic gay”, y él me dijo que acompañaba a un grupo que estaba escindiéndose de COGAM que se llamaba CRISMHOM. Así me enteré de la existencia de esta comunidad.
 
¿Qué puedo decir de CRISMHOM? Me salen dos palabras. Lo más grande que puedo decir de CRISMHOM es que es mi comunidad, que lo ha sido y en este momento es mi única comunidad cristiana. Y dentro de CRISMHOM, tendría que agradecer a muchísima gente. Empezando por este compañero que me introdujo en CRISMHOM que cuando se marchó, me dijo: “yo me voy con la condición de que te quedes tú”. No puede faltar la presencia de sacerdotes católicos en CRISMHOM. En segundo lugar, al presidente fundador. Me acogió bien y a pesar de que he tenido muchas diferencias con él, ha fundado y quiere a CRISMHOM, lo siente y siempre ha apoyado a los sacerdotes de CRISMHOM. Y se lo quiero agradecer públicamente esta tarde aunque no esté.
 
También quiero dar las gracias a Norman, que está aquí presente, a Dionisio y a Víctor junto a los que un día dijimos a la militante junta directiva que queríamos comenzar todos los jueves un grupo de oración. Nos miraron un poco extrañados. Empezamos los cuatro, recuerdo, y seguimos y seguimos y como somos pilas duracel, es la actividad más importante de CRISMHOM en este momento. Por supuesto, Alberto, por su apoyo y cariño y mucha más gente.
 
Quiero tener un recuerdo especial por Marisefa, porque viví esos momentos dubitativos iniciales de Marisefa en los que se fio para ceder este local a CRISMHOM. Tuve la inmensa alegría de compartir un grupo de fe y vida con Merche, una mujer santa. Para mí es un regalo, haber compartido el grupo de fe y vida con ella. Ver a Merche en la última etapa de su enfermedad que la bajaban en volandas por las escaleras para poder acudir a la oración es impagable. Es un ejemplo de lo que supone un activismo LGTBI desde la fragilidad.
 
Agradecer a Enzo, el presidente actual, por sus bellas palabras; es un amigo y su aire italiano junto a su pareja, Umberto, ha aireado el aire de CRISMHOM. También quiero dar las gracias a los compañeros sacerdotes que han participado en CRIMSHOM. Algunos marcharon, otros quedan, aunque poquitos, al pié del cañón. Quiero especialmente dar gracias a otro compañero que conocí en el grupo de acompañantes. Es un sacerdote activista LGTBI ejemplar, que ha venido desde muy lejos para estar presente en este acto. Agradecer la presencia de otro amigo sacerdote que ha venido desde Barcelona con quien desde hace tantos años compartirmos espacios LGTBI creyentes y cristianos en toda España: en los encuentros en Chipiona o el encuentro del Fórum Europeo.
 
Gracias a Raúl por tu emotiva presentación; es un amigo de CRISMHOM. Otros amigos, Javi. También mi recuerdo por Ricardo al que Dios quiera posibilitar ejercer su sacerdocio de alguna forma; se lo pedimos todos los días al Señor, porque es un sacerdote de pies a la cabeza. Ojalá la institución, algún día, se lo reconozca y valore.
 
Y quiero tener un recuerdo especial al grupo de jóvenes de CRISMHOM; por su cariño, porque en un momento dado teníamos miedo de que CRISMHOM, ¿verdad, Alberto?, podría desaparecer cuando los mayores no estuviéramos. Gracias al trabajo de alguno de ellos, empezaron y se ha formado un grupo de jóvenes consolidado que es la alegría y esperanza de CRISMHOM con los que he compartido distintos momentos entre los que destaco la convivencia.
 
Doy las gracias a María Luisa, la otra compañera del premio, por lo que nos enseña de acompañamiento espiritual y porque también es un ejemplo. Yo soy sacerdote activista LGTBI cristiano, pero también hay una religiosa que también hace activismo LGTBI cristiano.
 
Doy gracias a Dios por pertenecer al colectivo de diversidad afectivo sexual. Doy gracias a Dios por mi vocación que he ido descubriendo y desarrollando a lo largo de los años de ser, y lo digo con todas las palabras aunque a alguien no le guste: soy sacerdote activista LGTBI católico, lo que significa todo eso. Y junto al activismo LGTBI católico como sacerdote, hago mía la causa del feminismo, importante para la renovación de la sociedad y de la iglesia. Hago mío también todo tipo de proyecto que apueste por la dignidad de la persona humana, el reconocimiento de los derechos humanos, la visibilización, aceptación, reconocimiento y puesta en práctica de los derechos del colectivo LGTBI, que son derechos humanos.
 
Yo no sé a dónde me llevará ser sacerdote activista LGTBI. Sé que he sufrido difamación, persecución y burla. ¿Qué menos? Eso es debido a que andamos por el camino del evangelio igual que Jesús. ¿Dónde habría estado Él? Pues entre otras gentes, con el colectivo LGTBI. Por tanto, abogo por una iglesia inclusiva donde se integre al colectivo LGTBI, donde sea posible la visibilización, aceptación e integración de personas consagradas y laicas LGTBI, donde sea posible una iglesia que sea arco iris y no solamente blando y negro.
 
Trabajaré sin medida en la evangelización del colectivo LGTBI por un lado (participo en una comisión) porque es importante que junto a Chueca abramos espacios para dar a conocer el evangelio y una iglesia inclusiva a tantos chicos, chicas, hombres y mujeres LGTBI que la iglesia ha apartado y que no conocen a Dios. Tenemos miles en la calle estos días y somos un testimonio. Pero a la vez también quiero ser dentro de la iglesia un motor de cambio de una iglesia que en lugar de ser patriarcal, misógina y homófoba sea una iglesia que no sea clerical, diversa, con una participación real y un acceso al ministerio de las mujeres, donde el celibato sea una opción libre y no obligatoria, una iglesia horizontal que opte por los pobres, etc.
 
Pues muchas gracias a todos vosotros por acompañarnos a María Luisa y a mí. Para mí, hoy es motivo de gran satisfacción y alegría, no sé si merecedor del premio, pero por lo menos lo recibo con mucho cariño. Muchísimas gracias.
 

Concierto a cargo del grupo Berit
A continuación se muestran los enlaces a las canciones que el grupo de música cristiana Berit compartió durante la entrega del premio Arco Iris CRISMHOM. Berit somos Nico y Mamen, una pareja que lleva seis años casada y que, desde hace unos meses, ha emprendido una historia musical que tiene como ideal anunciar cuánto ama Dios al mundo, cuánto nos ama a cada uno de nosotros y la inmensa alegría de sentirnos enviados a anunciar el Reino de Dios que, sin duda, ya está entre nosotros. Berit significa “alianza”, la alianza que parte de Dios y que solo por amor Él ofrece a los seres humanos. El nombre nos gustó mucho desde el principio porque “el Berit” es también para nosotros la posibilidad de ser la mejor versión de cada uno, la posibilidad de crecer y hacer crecer al otro en nuestra unión y, también, la posibilidad de servir a quienes buscan a Jesús; ayudar a quienes lo buscan a experimentarlo a través de la música. Eso nos haría felices: que quienes escuchen nuestras canciones no oigan a Nico y Mamen, que solo conecten con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo. Que sirva para orar y entrar en su presencia.
 
El grupo Berit comparte con nosotros su canción «Tus manos mi refugio» como primicia de un disco que están pensando editar en los próximos meses junto a otras canciones: «Entrañas de misericordia«, «En tus tiernas manos«, «¿Cuándo te he visto?» o «Sólo quiero responder«. También su versión de la canción de Luis Guitarra «Todo va a ir bien», a las que unimos nuestras voces.
 
 
 
Finalmente, el acto terminó con un cóctel para celebrar e intercambiar felicitaciones, comentarios y risas entre las personas que asistieron.
 
 
 
 
 
 
 

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