“Todo lo que se necesita para triunfar sobre el mal es que los hombres y mujeres buenos e íntegros, viviendo en el Amado, hagan el bien siempre de nuevo, una y otra vez, juntos “
El verano pasado cayó en mis manos un libro que se llama “Negro como yo” y que relata la experiencia vital de un norteamericano blanco en 1959 que un buen día decidió pigmentarse y realizar un viaje por los estados racistas del sur de Estados Unidos convertido en un negro, para experimentar en su propia carne la vida de discriminación y humillación de los negros en su propio país.
El libro es apasionante, pero aún lo es más descubrir detrás del coraje de esa experiencia, la vida de un hombre que fue a un tiempo un aventurero, un músico, un escritor, un activista por los derechos civiles amigo de Martin Luther King, un católico ferviente y un místico, amigo de Maritain y Thomas Merton.
John Howard Griffin nació en 1920. Era un intelectual, musicólogo y pianista y gran conocedor del Canto Gregoriano, escritor de cierto renombre en su época, cuyas auténticas inclinaciones eran el silencio, la oración y la creación artística, pero a quien el drama de la segregación racial le llevó a comprometerse con la lucha por los derechos civiles de la comunidad afroamericana, lo que le condujo al exilio, al miedo ante las continuas amenazas de los supremacistas blancos y hasta a sufrir una paliza a manos del Ku-Klus-Klan.
Lo que me lleva a hablaros de él en esta tarde, es por un lado dar a conocer a este auténtico gran hombre, precisamente en el año en que conmemoramos el cincuentenario del asesinato de Martin Luther King y por otro que caigamos en la cuenta de todas las discriminaciones que hay en el mundo y que son todas muy similares.
Leyendo a Griffin se ve muy claro que los motivos por los que unos hombres rechazan, marginan o juzgan inferiores y carentes de derechos a sus semejantes, son siempre los mismos. Por eso, las comunidades cristianas LGTBI, debemos ser siempre muy sensibles a las luchas y reivindicaciones de todos nuestros hermanos que sufren.
Vamos a utilizar hoy en nuestra celebración, la música de Espirituales Negros, para recordar a todos los hombres y mujeres en el mundo que todavía hoy son discriminados por su país de origen o su color de piel.
CANTO: Junto a ti al caer de la tarde.
1. Junto a ti, al caer de la tarde,
y cansados de nuestra labor,
te ofrecemos con todos los hombres
el trabajo, el descanso, el amor.
y cansados de nuestra labor,
te ofrecemos con todos los hombres
el trabajo, el descanso, el amor.
2. Con la noche las sombras nos cercan
y regresa la alondra a su hogar
Nuestro hogar son tus manos, Oh padre
y tu amor nuestro nido será.
y regresa la alondra a su hogar
Nuestro hogar son tus manos, Oh padre
y tu amor nuestro nido será.
3. Cuando al fin nos recoja tu mano
para hacernos gozar de tu paz,
reunidos en torno a tu mesa
nos darás la perfecta hermandad.
para hacernos gozar de tu paz,
reunidos en torno a tu mesa
nos darás la perfecta hermandad.
Vamos a orar con los textos de John Howard Griffin y sus amigos, con los que mantuvo una profunda comunión espiritual y la solidaridad en la lucha no violenta compartida por la justicia y en los sufrimientos a los que ese compromiso les condujo.
CANTO: Sé mi luz, enciende mi noche, sé mi luz, enciende mi noche. Sé mi luz, enciende mi noche, mi noche, sé mi luz.
“Nunca, nunca tengas miedo de hacer lo correcto, especialmente si el bienestar de una persona o animal está en juego. Los castigos de la sociedad son pequeños en comparación con las heridas que infligimos a nuestra alma cuando miramos para otro lado” Martin Luther King.
CANTO: Sé mi luz…
“Todo lo que se necesita para triunfar sobre el mal es que los hombres y mujeres buenos e íntegros, viviendo en el Amado, hagan el bien siempre de nuevo, una y otra vez, juntos “ John Howard Griffin.
CANTO: Sé mi luz…
“Solo en el silencio y la soledad, en la quietud del culto, la paz reverente de la oración, la adoración en la que el sí mismo calla enteramente y se abaja en la presencia del Dios Invisible para recibir su Única Palabra de Amor, solo en esas actividades que son no-acción, despierta verdaderamente el espíritu del sueño de la múltiple, confusa y agitada existencia. Thomas Merton.
CANTO: Sé mi luz…
“En el reino del espíritu, no importa tanto lo que hacemos, como lo que permitimos que nos sea hecho “ Gerard Vann.
CANTO: Sé mi luz…
DEL EVANGELIO DE SAN JUAN: “Os he dicho todo esto, para que vuestra fe no sucumba en la prueba. Porque os expulsarán de la sinagoga. Más aún, llegará un momento en el que os quiten la vida pensando que dan culto a Dios. Y actuarán así, porque no conocen al Padre ni me conocen a mí. Os lo digo de antemano, para que cuando llegue la hora, recordéis que ya os lo había anunciado yo…….Padre justo, el mundo no te ha conocido; yo en cambio te conozco y todos éstos han llegado a reconocer que tú me has enviado. Les he dado a conocer quién eres, y continuaré dándote a conocer, para que el amor con que me amaste pueda estar también en ellos, y yo mismo esté en ellos.
SILENCIO
BREVE ESPACIO PARA COMPARTIR
PADRE NUESTRO
ORACIÓN DE THOMAS MERTON:
Enséñame cómo se va a ese país que está más allá de toda palabra y de todo nombre.
Enséñame a orar a este lado de la frontera, aquí donde se encuentran estos bosques.
Necesito que tú me guíes.
Necesito que tú muevas mi corazón.
Necesito que mi alma se purifique por medio de tu oración.
Necesito que robustezcas mi voluntad.
Necesito que salves y transformes el mundo.
Te necesito a ti para todos cuantos sufren,
Para todos cuantos padecen prisión, peligro o tribulación.
Te necesito para todos cuantos han enloquecido.
Necesito que tus manos sanadoras no dejen de actuar en mi vida.
Necesito que hagas de mí, como hiciste de tu Hijo,
Un sanador, un consolador, un salvador.
Necesito que des nombre a los muertos.
Necesito que ayudes a los moribundos a cruzar el río.
Te necesito para mí, tanto si vivo como si muero.
Es preciso. Amén.
Enséñame cómo se va a ese país que está más allá de toda palabra y de todo nombre.
Enséñame a orar a este lado de la frontera, aquí donde se encuentran estos bosques.
Necesito que tú me guíes.
Necesito que tú muevas mi corazón.
Necesito que mi alma se purifique por medio de tu oración.
Necesito que robustezcas mi voluntad.
Necesito que salves y transformes el mundo.
Te necesito a ti para todos cuantos sufren,
Para todos cuantos padecen prisión, peligro o tribulación.
Te necesito para todos cuantos han enloquecido.
Necesito que tus manos sanadoras no dejen de actuar en mi vida.
Necesito que hagas de mí, como hiciste de tu Hijo,
Un sanador, un consolador, un salvador.
Necesito que des nombre a los muertos.
Necesito que ayudes a los moribundos a cruzar el río.
Te necesito para mí, tanto si vivo como si muero.
Es preciso. Amén.
ORACIÓN COMUNITARIA:
Señor Jesucristo, imploramos tu protección e intercesión ante el Padre por toda la comunidad LGTBI, por todas aquellas personas que no se aceptan a sí mismas, que sufren en soledad, son perseguidas por su orientación sexual o su identidad de género y que no son comprendidas, ni aceptadas en su entorno más cercano. También te damos gracias y te pedimos por Crismhom, para que juntos construyamos tu Reino y seamos luz y faro en nuestra comunidad LGTBI de Madrid. Amén.
BENDICIÓN:
El Señor nos bendiga y nos guarde, nos muestre su rostro y tenga misericordia de nosotros, vuelva su rostro a nosotros y nos conceda la paz. El Señor nos bendiga, hermanas y hermanos. Amén.
El Señor nos bendiga y nos guarde, nos muestre su rostro y tenga misericordia de nosotros, vuelva su rostro a nosotros y nos conceda la paz. El Señor nos bendiga, hermanas y hermanos. Amén.
CANTO FINAL: Ven, ven Señor no tardes
VEN, VEN, SEÑOR, NO TARDES;
VEN, VEN, QUE TE ESPERAMOS;
VEN, VEN, SEÑOR, NO TARDES;
VEN, PRONTO, SEÑOR
VEN, VEN, QUE TE ESPERAMOS;
VEN, VEN, SEÑOR, NO TARDES;
VEN, PRONTO, SEÑOR
1. El mundo muere de frio,
El alma perdió el calor;
Los hombres no son hermanos,
El mundo no tiene amor.
El alma perdió el calor;
Los hombres no son hermanos,
El mundo no tiene amor.
2. Envuelto en sombría noche,
El mundo sin paz no ve,
Buscando va una esperanza,
Buscando, Señor, tu fe.
El mundo sin paz no ve,
Buscando va una esperanza,
Buscando, Señor, tu fe.
3. Al mundo le falta vida,
Al mundo le falta luz,
Al mundo le falta el cielo,
Al mundo le faltas Tú.
Al mundo le falta luz,
Al mundo le falta el cielo,
Al mundo le faltas Tú.