2016-08-18 «Solo el Amor vive para Siempre»

Monición introductoria

El Amor es la fuerza más poderosa del universo y lo puede todo, lo sana todo, lo arregla todo; con amor damos, vivimos, procreamos, ayudamos, recibimos y sin él no podríamos desarrollarnos, crecer, ni vivir en comunidad. Gracias al amor nos movemos, nos relacionamos, nos sanamos y nos expandimos. Nosotros creemos que existen diferentes clases de amor; por ejemplo, el amor que una madre siente por sus hijos, el amor entre una pareja, el amor de amigos. Sin embargo, debes saber que existe una sola clase de amor: el de Dios. El Amor de Dios es incondicional, sin divisiones, ni clasificaciones; es permanente y estable. El Verdadero Amor es incondicional. Al Verdadero Amor sólo le interesa darse y expandirse; no necesita nada a cambio.

 

Canto: Vine a adorarte

 

 

Salmo del Amor de Dios conmigo

(Salmo 136)

 

1. Te doy gracias, Señor, 
porque eres bueno,
porque es constante y eterno 
tu amor conmigo.
 
 
2. Te doy gracias, Señor, 
Dios de todo, porque en todo lo mío 
Tú intervienes,
porque es constante y eterno 
tu amor conmigo.
 
1. Tú haces grandes maravillas:
la potencia del Universo,
el misterio de la Vida,
la fuerza del Amor, mi propio ser….
porque es constante y eterno
tu amor con todo y también conmigo.
 
2. Me sacaste de aquello
que un tiempo me hizo esclavo,
con mano tensa y fuerte brazo
como ‘tira de uno’ aquel que es buen amigo…
porque es constante y eterno 
tu amor conmigo.
 
1. Cuando no tenía fuerzas,
me abriste el camino:
pasé y fui salvado por Ti
desde la experiencia del antiguo Egipto
sentí en mi vida una vez más
que es constante y eterno tu amor conmigo.
 
2. Me llevas al desierto,
pero vienes conmigo,
me sacas… y me guías a tu 
estilo haciendo brotar fuera
aquello que en mí tú pusiste escondido,
pero que yo nunca supe
porqué no había podido:
quitaste de muy dentro 
 
«poderes escondidos»,
rompiste mis cadenas 
y viniste conmigo; yo, a tientas, descubría
porque es constante y eterno 
tu amor conmigo.
 
1. Tú me das, Señor, 
el pan que necesito, el pan que me da vida
y aunque me canso…. ¡Vivo!
Si recuerdo mi historia….
has puesto en cada instante 
el pan que necesito.
No me dejes, ahora que estoy cansado
hazme experimentar que es constante
y eterno tu amor conmigo.
 
2. A quienes leáis esto, ¡os invito!:
leed en vuestra historia
la salvación que El hizo,
la salvación concreta que El realiza hoy
con vosotros y conmigo….
 
1.A todos nos regala el don de pronunciar:
¡te doy gracias, Señor, porque es constante y eterno tu amor conmigo! 
 

 

Canto: Te amo, Señor

 

Te amo, señor, fortaleza mía, Roca mía, castillo mío y mi libertador.

Señor, en Ti confiaré, Mi escudo eres Tú y la fuerza de mi salvación.

 

Lectura de la primera carta de San Pablo a los corintios (12,31-13,13)

Aspirad a los carismas mejores. Sin embargo, todavía os voy a mostrar un camino más excelente. Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, sería como el bronce que resuena o un golpear de platillos. Y aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tuviera tanta fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, no sería nada. Y aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo para dejarme quemar, si no tengo caridad, de nada me aprovecharía. La caridad es paciente, la caridad es amable; no es envidiosa, no obra con soberbia, no se jacta,  no es ambiciosa, no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal,  no se alegra por la injusticia, se complace en la verdad;  todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. La caridad nunca acaba. Las profecías desaparecerán, las lenguas cesarán, la ciencia quedará anulada. Porque ahora nuestro conocimiento es imperfecto, e imperfecta nuestra profecía. Pero cuando venga lo perfecto, desaparecerá lo imperfecto. Cuando yo era niño, hablaba como niño, sentía como niño, razonaba como niño. Cuando he llegado a ser hombre, me he desprendido de las cosas de niño. Porque ahora vemos como en un espejo, borrosamente; entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de modo imperfecto, entonces conoceré como soy conocido. Ahora permanecen la fe, la esperanza, la caridad: las tres virtudes. Pero de ellas la más grande es la caridad.

 

Meditación:

De la Narración de la vida de santa Teresa del Niño Jesús, virgen, escrita por ella misma  (« Manuscrits autobiographiques», Lisieux 1957, 227-229) 

EN El CORAZÓN DE LA IGLESIA, YO SERÉ El AMOR

 

 
Teniendo un deseo inmenso del martirio, acudí a las cartas de san Pablo, para tratar de hallar una respuesta. Mis ojos dieron casualmente con los capítulos doce y trece de la primera carta a los Corintios, y en el primero de ellos leí que no todos pueden ser al mismo tiempo apóstoles, profetas y doctores, que la Iglesia consta de diversos miembros y que el ojo no puede ser al mismo tiempo mano. Una respuesta bien clara, ciertamente, pero no suficiente para satisfacer mis deseos y darme la paz.
Continué leyendo sin desanimarme, y encontré esta consoladora exhortación: Aspirad a los dones más excelentes; yo quiero mostraros un camino todavía mucho mejor. El Apóstol, en efecto, hace notar cómo los mayores dones sin la caridad no son nada y cómo esta misma caridad es el mejor camino para llegar a Dios de un modo seguro. Por fin había hallado la tranquilidad.
Al contemplar el cuerpo místico de la Iglesia, no me había reconocido a mí misma en ninguno de los miembros que san Pablo enumera, sino que lo que yo deseaba era más bien verme en todos ellos.
En la caridad descubrí el quicio de mi vocación. Entendí que la Iglesia tiene un cuerpo resultante de la unión de varios miembros, pero que en este cuerpo no falta el más necesario y noble de ellos: entendí que la Iglesia tiene un corazón y que este corazón está ardiendo en amor. 
Entendí que sólo el amor es el que impulsa a obrar a los miembros de la Iglesia y que, si faltase este amor, ni los apóstoles anunciarían ya el Evangelio,  ni los mártires derramarían su sangre. Reconocí claramente y me convencí de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que abarca todos los tiempos y lugares, en una palabra, que el amor es eterno.
Entonces, llena de una alegría desbordante, exclamé:
«Oh Jesús, amor mío, por fin he encontrado mi vocación: mi vocación es el amor. Sí, he hallado mi propio lugar en la Iglesia, y este lugar es el que tú me has señalado, Dios mío. En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este modo lo seré todo y mi deseo se verá colmado.»
 

Canto: Dios es Amor

 

Dios nos ha enviado a su hijo Jesús

para que vivamos todos en Él

Es Dios primero que nos eligió

Ofreció a su Hijo,

por nuestros pecados, por nosotros

 

Dios es Amor, Dios es Amor.

Dios ama, Dios ama.  Dios es Amor.

Dios es Amor, Dios es Amor.

Divina Trinidad, perfecta caridad. Dios es Amor

 

Si nosotros amamos, Él vive en nosotros,

y así creceremos en Él.

Es Él quien nos dona su Espíritu,

nos ha dado la vida,

para siempre sus hijos seremos.

 

Dios es Amor, Dios es Amor.

 Dios ama, Dios ama.  Dios es Amor.

Dios es Amor, Dios es Amor.

Divina Trinidad, perfecta caridad. Dios es Amor,

Amor.

 

Tiempo de Silencio

El silencio interior es muy difícil de conseguir, pero hay que hacer el esfuerzo. En silencio encontramos nueva energía y una unión verdadera. Tendremos la energía de Dios para hacer bien todas las cosas, así como la unidad de nuestros pensamientos con Sus pensamientos, de nuestras oraciones con Sus oraciones, la unidad de nuestros actos con Sus actos, de nuestra vida con Su vida. La unidad es el fruto de la oración, de la humildad, del amor. Dios nos habla en el silencio del corazón. Si estás frente a Dios en oración y silencio, Él te hablará; entonces sabrás que no eres nada. Y sólo cuando comprendemos nuestra nada, nuestra vacuidad, Dios puede llenarnos de Sí mismo. Las almas de oración son almas de gran silencio. (Madre Teresa de Calcuta, “El amor más grande”).

 

BREVE ESPACIO PARA COMPARTIR

(Reflexiones, peticiones y acción de gracia)

 

PADRE NUESTRO

 

 

ORACIÓN COMUNITARIA

Señor Jesucristo, imploramos tu protección e intercesión ante el Padre por toda la comunidad LGTB, por todas aquellas personas que no se aceptan a sí mismas, que sufren en soledad, son perseguidas por su orientación sexual o su identidad de género y que no son comprendidas, ni aceptadas en su entorno más cercano. También te damos gracias y te pedimos por Crismhom, para que juntos construyamos tu Reino y seamos luz y faro en nuestra comunidad LGTB de Madrid. Amén.

 

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BENDICIÓN (cantada)

 

//El Señor nos bendiga y nos guarde en la paz\\

Brille su rostro en nosotros y nos llene de misericordia.

/El Señor nos bendiga y nos guarde en la paz\

Vuelva su rostro en nosotras y nos dona su paz

/El Señor nos bendiga y nos guarde en la paz\

El Señor este con nosotros y vosotros con Él

//El Señor nos bendiga y nos guarde en la paz\\

 

Avisos

 

Canto:  Salve Regina.                                                                                        

 

 


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