El párroco del Dulce Nombre de María, en el barrio sevillano de Bellavista, ha retirado esta mañana de la web de la Parroquia toda alusión a la «sanación» de la homosexualidad. El párroco, González Alba, ha emitido hoy un comunicado en el que dice que no es el autor de la entrada de la web parroquial y asegura que el texto fue publicado por otra persona «sin previa información».
También ha pedido disculpas a las personas y colectivos que se hayan podido sentir ofendidos por una publicación que ha calificado de «desafortunada».
Hasta aquí pudiera parecer que todo ha sido un mal entendido, y que incluso se siente desolado por las consecuencias de ello.
Sin embargo, desde Ichthys queremos hacer públicas las siguientes consideraciones:
· Como católicos, estamos tristemente hartos de la incapacidad de ciertos pastores de la nuestra Iglesia para acercar el mensaje de Jesús a mujeres y hombres sin excepción.
· Santiago César González Alba, párroco del Dulce Nombre de María, defiende las tesis de «sanación de la homosexualidad» desde hace largo tiempo.
Prueba de ello es que el pasado mes de mayo, tras recibir nuestra invitación a orar junto a nosotros y un centenar de creyentes en la Vigilia por un Mundo sin homofobia, el día 15 de mayo, nos contestó justificando su no participación, y remitiéndonos un archivo pdf con el libro «Cómo sanar la Homosexualidad», así como una serie de comentarios en los que nos animaba a curar nuestros defectos.
· Contamos con testimonios de personas homosexuales, y también de separadas y divorciadas a las que ha negado la comunión públicamente.
· La actitud vital de Don Santiago César González Alba merece todo nuestro desprecio, por cuanto utiliza el nombre de Dios en vano, y pisotea el mandamiento de Jesús: amar al prójimo por encima de uno mismo.
· Las personas LGTB somos obra perfecta de Dios, creados a su imagen y semejanza, como cualquier otra obra del Padre. Negar esa evidencia es pecar contra el Espíritu.
· Reivindicamos una Iglesia plural, cercana, amable, valiente, arriesgada, dispuesta a acercar a Cristo a los alejados, resuelta a anunciar el evangelio incluso en las rancias rectorías donde aún pueda predicarse la exclusión en nombre de Dios.
· Recordamos a los desmemoriados que la homosexualidad no es una enfermedad, pero la homofobia sí.
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