Austria: Reforma necesaria tras la victoria de una pareja de lesbianas ante el Tribunal Europeo en un caso de adopción

Tras la sentencia dictada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos según la cual Austria discriminó a una mujer por negarse a examinar su solicitud para adoptar al hijo biológico de su compañera, debe emprenderse una reforma legislativa, ha manifestado Amnistía Internacional.

“Esta positiva decisión debe servir para impulsar al gobierno austriaco a replantearse su manera de pensar y su legislación”, ha declarado John Dalhuisen, director del Programa para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional.

El Tribunal ha fallado hoy que la pareja demandante en la causa X y otros v. Austria había sido discriminada por su orientación sexual, puesto que las parejas heterosexuales no están sometidas a las mismas restricciones en Austria.

El caso giraba en torno a las leyes austríacas que han dado pie a que los tribunales rechacen específicamente las solicitudes de personas que querían adoptar a los hijos de su pareja del mismo sexo, mientras que, por ejemplo, un hombre que no esté casado con su pareja puede adoptar a los hijos biológicos de la mujer.

El gobierno austriaco sostuvo delante del Tribunal que su legislación ha sido concebida para defender un modelo tradicional de familia.

Pero en su fallo por mayoría, el Tribunal declaró que “cuando se trata de la familia o la vida privada no existe una sola manera o una sola opción”, y señaló que el gobierno austriaco no había aportado ninguna prueba ni un argumento siquiera que demostrase que una pareja lesbiana, gay, bisexual, transgénero o intersexual no puede satisfacer adecuadamente las necesidades de un niño.

Otros 10 Estados miembros del Consejo de Europa permiten la adopción por parte del segundo progenitor en el caso de parejas que no están casadas. Seis de ellos lo permiten tanto a parejas del mismo como de distinto sexo (Bélgica, Islandia, Países Bajos, Eslovenia, España, Reino Unido) y cuatro lo permiten únicamente a parejas heterosexuales que no están casadas (Portugal, Rumania, Rusia y Ucrania).

“Toda persona tiene derecho a casarse y formar una familia. Algunos gobiernos europeos necesitan darse cuenta del hecho de que no se debe impedir que personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales se casen y adopten, y que la marcha de la legislación europea corre pareja inevitablemente con el progreso social”, ha señalado John Dalhuisen.


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