Hoy, por partida doble, nos visitan. Nos visita el Espíritu Santo y nos visita María. Realmente no se a quien agasajar más o si el dogma me obliga colocar a uno por encima del otro.
Creo que, aunque me quemen en la hoguera, agasajaré a ambos por igual. Les daré mi atención por igual y parte de mi corazón por igual.
Ambos son importantes en mi vida y ambos me han engendrado a mi vida espiritual.
Hoy más que nunca, para vivir la «nueva» normalidad, se necesita los dones del Espíritu y la protección de María.
Gracias Mamá y gracias Ruah.