En la vida somos imprescindibles y prescindibles a la vez.
Esta es una verdad en la que debemos educar a nuestro Ego «negativo» para que se convierta en el servidor de nuestro SER, sino caeremos en ser «su» esclavo.
En esta vida hay situaciones que son nuestra responsabilidad realizar o cambiar, por medio de una acción o una palabra dicha, ya que es parte de aquellas cosas que hemos traído en nuestro SER, que se nos han dado para ser compartidas y que es de nuestra competencia aprender para nuestra evolución.
Nuestra Misión y auto-responsabilidad con nuestra propia vida y existencia.
En ese sentido somos imprescindibles ya que nadie puede hacerlo por nosotros.
Pero también somos prescindibles.
Lo importante no es que esas palabras se digan o esas acciones se realicen ya que si nosotros no lo hacemos, lo harán otros o no se harán jamas.
El Universo se auto-regula constantemente para mantener su orden.
No es la acción o la palabra dicha lo importante. Lo importante es que crezca interiormente en nuestro SER nuestro compromiso y deseo de hacerlo y arriesgarnos a llevarlas a cabo. Ese es la verdadera finalidad: nuestro crecimiento y aprendizaje evolutivo.
Vencer aquello que nos frena a decir, o llevar a la acción, lo necesario para modificar nuestro entorno, y aprender de aquello que realizamos, es la verdadera finalidad que espera de nosotrxs el Universo.
No entablar esta lucha de superación interna, y llevarla a la práctica, solo hará que cada día, y con cada decisión tomada en sentido contrario, nuestras capacidades y habilidades se vayan deteniendo, deteriorando y que avance cada día el miedo, la indecisión y la inseguridad personal.
Nos convertimos así, de a poco y a cada segundo, en víctimas de una vida que vivimos antes de ser los protagonistas de la VIDA que merece la pena vivirse.