Hoy, un día más, la vida me ha dado la posibilidad de levantar la vista, mirar al frente y elevarla al cielo.
Mirar al frente para contemplar esa vida que estoy viviendo y a cada unx que circula por ella. A los que dejo entrar por su umbral, con quién comparto, con quién me cruzo.
En definitiva, contemplar a los compañerxs de andadura en esta existencia y a la existencia misma.
Mirar al cielo para contemplar a Quién me coordina, a Quién me inspira, a Quién me da, a Quién me quita, a Quién orquesta esa existencia que vivo, para hacerle un guiño y decirle: «Sé que estás en medio de esto».
Muchas cosas han pasado esta semana para estar agradecido.
Muchas no me han gustado pero seguro es lo más apropiado.
Muchas otras me gustan mogollón y lo más apropiado fue dejarlas ir.
Y en el aceptar y en el dejar ir se encuentra la clave de mi albedrío, de mi libertad responsable de ese construir, en la tierra, mi cielo compartido.