Adviento es tiempo humilde para recibir al niño Jesús en medio de un momento que se nos hace oscuro, agitado, lleno de ansiedad cuando somos presa de la angustia, la desesperación y el cansancio. Vivimos en una cultura de la desesperanza. La esperanza cristiana va más allá de la alegría humana. Es una gracia que nos invita a mirar al futuro con esperanza hasta el límite de esperar contra toda esperanza.
Jesús vino, viene y vendrá a nuestra vida. Quizá por eso los cristianos podemos convivir con la desesperanza. La esperanza del cristiano viene del Señor, de que siempre viene a salvarnos.