Grupo de fe y vida

Cuando:
20 de enero de 2016 a las 19:00 – 21:00 Europe/Madrid Zona Horaria
2016-01-20T19:00:00+01:00
2016-01-20T21:00:00+01:00

La comunidad de fe y vida es un espacio para compartir la vivencia diaria de la fe a la luz del evangelio. Estas comunidades se reúnen periódicamente cada 15 días y permiten compartir vivencias personales en primera persona a la luz de los textos evangélicos. Para formar parte de esta comunidad es necesario que se solicite a través del correo de acogida (acogida@crismhom.org). Para no romper el ambiente de confianza entre las personas del grupo, es necesario acudir regularmente y solicitar formalmente ser un miembro más del grupo.

 

 

Sobre el agradecimiento

Miércoles 20 de enero de 2016

 
 
Oración de entrada:
  • Gracias a mi cuerpo: relajación.
  • Gracias a mi entorno: que cubre mis necesidades : biológicas, estéticas, de cariño, valoración, crecimiento personal, sentido, …
  • Gracias a la Paz del corazón.
  • Gracias a las personas que dan calor y color a mi vida.
  • Gracias a las personas que me necesitan y me dan la oportunidad de compartir.
  • Gracias a este mundo que me rodea con luces y sombras donde puedo aportar.
  • Gracias a la BONDAD que me rodea: el sol, la lluvia, el oxígeno, la belleza de la naturaleza, las semillas que llevan la fuerza para crecer y multiplicarse y alimentarnos.
  • Gracias a la sonrisa de los niños, a la bondad de los ancianos, al valor de los que luchan y trabajan por humanizar nuestro mundo.
  • Gracias por mis errores, fracasos y flaquezas que me hacen reconocer que soy frágil y necesitada de la ayuda y comprensión de los demás.
  • Gracias por mis padres…. Y familia.
  • Gracias por las personas que he ido encontrando en mi camino: profesores, médicos, compañeros de trabajo…
  • Gracias por las crisis de la vida, que me han hecho crecer.
  • Gracias por enseñarme a no quedar atascada en el dolor, la rabia o el resentimiento: la vida es más que mi dolor, o mi fracaso.
 
Un  estudio reciente, realizado en la Universidad de San Diego por el profesor Paul Mills, llega a la conclusión de que la gratitud  conecta, con un efecto positivo inmediato en nuestro bienestar mental, ayudando a nuestro cuerpo y a todas las funciones vitales:
  • El estudio mostró que los niños más agradecidos, aparecieron más serenos y confiados y manifestaban  un mayor equilibrio con sus compañeros y profesores. 
  • Se comprobó que cuando los chicos  expresan más gratitud,  cuando están mas satisfechos y convencidos de su proyecto en la vida, experimentan una drástica reducción de los pensamientos y sentimientos  deprimentes y un estado creciente de la armonía con la consiguiente mejora en los estados de ánimo negativos. 
  • Se detectó una disminución del uso de alcohol y drogas, tan importante en estas edades.
Alicia Fuertes Tuya
 
Sobre el agradecimiento
Al llegar la noche de aquel mismo día, primero de la semana,i los discípulos estaban reunidos y tenían las puertas cerradas por miedo a los judíos.j Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo: 
–¡Paz a vosotros! Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y ellos se alegraron de ver al Señor. Luego Jesús dijo de nuevo:
–¡Paz a vosotros! Como el Padre me envió a mí, también yo os envío a vosotros. Dicho esto, sopló sobre ellos y añadió:
–Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonéis, les quedarán sin perdonar.
 
La experiencia de la misericordia de Dios, del perdón, es una verdadera fiesta Pascual. Cuando los discípulos se quedan sin Jesús y encima culpabilizados porque le habían abandonado: tristes, llenos de miedo. En estos momentos, es muy importante escuchar “paz  a vosotros” (Jn 20, 19). A Jesús no le llaman, pero él se hace presente.
 
La gratitud y el agradecimiento tiene que surgir del corazón. Lejos de esperar que estuviera vivo, los discípulos esperarían reproches. Jesús no viene a reprocharles sino a sacarles de su situación, viene a consolarles. Desde su hundimiento, descubren una fuerza y una seguridad que es la reacción ante tanta gratuidad. Los discípulos recuperan la fortaleza. La fortaleza tiene que ver con la resiliencia, mantenerse firme con fe y paciencia cuando las cosas se ponen difíciles. Resistir en la oscuridad sin saber lo que nos va a durar, sin desanimarse ni sucumbir ante el desgaste natural. La persona paciente no huye del mal sino que no permite que el mal le aflija de forma desmesurada. No implica no sentir dolor, rabia o cansancio. Contemplar cómo la fortaleza crece en los discípulos hasta el punto de denunciar a los judíos que han sido ellos los que han matado a Jesú
s. “Más sufrió el Señor”, dirá el que sabe que Dios conoce su sufrimiento.
 
Contemplar la figura de Jesús, sale al encuentro nuestro como el sol sale sobre justos e injustos  (sol imagen de bondad). Te doy gracias, Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Reconocer la bondad en todo lo creado y en nosotros. Tenemos dentro la semilla de la bondad del amor de Dios. Aprender a estar en la vida no sólo desde la productividad, sino desde la contemplación y el agradecimiento. En nuestra bondad, canalizamos la bondad de Dios y en nuestra dureza le ponemos límites.
 
Ejercicios:
  • Ejercicio de memoria agradecida de este último año y de ver nuestra situación actual. El agradecimiento nos hace vivir con muchísima fuerza y ánimo, alegría y esperanza. Nuestra soledad es una soledad acompañada. Salmo 22 (El Señor es mi pastor). ¿Por qué caminos me ha llevado el Señor? Necesitamos espacios verdes. ¿Qué me falta? ¿Hacia dónde me siento conducido? ¿Siento que el Señor repara mis fuerzas? ¿Siento que acaso ha estado presente en mi vida o he estado solo?
  • Hacer un ejercicio de memoria agradecida de CRISMHOM. ¿Qué tengo que agradecer a CRISMHOM desde que llegué a él?
 
Oración de salida:
Deja por un momento tus ocupaciones habituales. Entra un  instante en ti mismo. Apártate del tumulto de tus pensamientos. Arroja lejos de ti las preocupaciones que te agobian. Y aparta las inquietudes que te oprimen.
 
Reposa en Dios un momento, descansa siquiera un instante en él. Entra en lo profundo de tu alma. Cierra la puerta de tu habitación y búscalo en silencio.
 
Di con todas tus fuerzas al Señor: “Busco tu rostro, Señor”, y ahora, Dios mío, enséñame dónde y cómo tengo que buscarte, dónde y cómo te encontraré ….
 
Señor, tú eres mi Dios, tú eres mi Señor y nunca te he visto. He sido creado para verte, y todavía no he podido alcanzar el fin para el que fui creado …
 
Míranos, Señor, escúchanos, ilumínanos, muéstrate a nosotros. Calma nuestros deseos y seremos felices. Sin ti todo es hastío y tristeza. Ten piedad de nuestros esfuerzos para llegar a ti, ya que sin ti nada podemos.
 
Enséñame a buscarte, muéstrame tu rostro, porque si no me lo enseñas no puedo buscarte. No puedo buscarte si tú no te haces presente. Te buscaré deseándote, te desearé buscándote. Amándote te encontraré, encontrándote te amaré.
 
San Anselmo.