Los jueves, en la sede de Crismhom celebramos oraciones. Donde dos o más se juntan en mi nombre, allí estoy… Mateo dieciocho veinte. Vuestro paco casi nunca puede estar allí físicamente.
Os comparto ahora algunas oraciones que me gusta hacer. Son muy breves, el formato que se lleva ahora quienes estamos contagiados de la delirante vida urbana occidental y no tenemos fácil escapatoria.
Oración,
Oración,
Oración,
Oración,
Oración,
Se parece a la oración del corazón, que va repitiendo El Nombre al ritmo del corazón propio, o de la respiración, en la mente o en la boca. El texto no puede ser más simple.
Vosotros habéis escuchado alguna vez dentro de vuestro cráneo un pitido muy agudo. La verdad es que suena casi siempre. Es el crepitar de vuestras neuronas, un ultrasonido fino y resistente. Es el crepitar de vuestros microtúbulos, que son la antena con la buena DiosaDios. Atended a ese ultrasonido, es el silbato de vuestra oración.*
Para los estrictos de las ipsissima verba, de las auténticas palabras de jesús, las mismas, las exactas, qué mejor que pronunciar Su Nombre,
Ἰησοῦς יהושע Yehoshúa
Ἰησοῦς יהושע Yehoshúa
Ἰησοῦς יהושע Yehoshúa
Ἰησοῦς יהושע Yehoshúa
ישו הנוצרי Yeshú ha–Notsrí
En su pueblo, la gente lo llamaba Yeshúa bar Yosef, “Jesús, el hijo de José”. En otras partes le decían Yeshúa ha-notsrí, “Jesús el de Nazaret».
Jesús, Aproximación histórica. José Antonio Pagola. PPC, Madrid 2007.
Otra que se me ocurre tiene que ver con palabras suyas que causan perplejidad, Lucas once y dieciocho: si no hace caso por ser amigo, al menos hace caso por pesao, por llamar molestando a medianoche. O voy a hacerle justicia a esa tal viuda cansina a ver si se calla de una, de una…, de una vez. Compara a Abbá papá אבע con un amigo no disponible o con un juez injusto.
Oro sin desfallecer,
Oro sin desfallecer,
Oro sin desfallecer,
Oro sin desfallecer,
…al ritmo de vuestro pulsómetro, de vuestra respiración.
Mientras el mundo se desangraba en la peor carnicería reciente, la Segunda Guerra Mundial ―que tantos problemas ha dado a la Teodicea― uno de los mayores santos de entonces insistía sin más en el brutal poder de la oración, el creador de los grupos de oración, el Padre Pío.
Otra muy simple que suelo orar también por las duras aceras, el asfalto de la ciudad:
¡Que tu voluntad me alegre, Diosa-Dios!
¡Que tu voluntad me alegre, Diosa-Dios!
¡Que tu voluntad me alegre, Diosa-Dios!
¡Que tu voluntad me alegre, nos alegre, Diosa-Dios!
Los gais tal vez tengamos problemas con el término papá. No solemos ser padres, no siempre nos hemos llevado bien con nuestro padre, estadísticamente, habría que investigar. Nos gusta Jesús masculino. De la Tercera Persona no tenemos imagen ♀♂. Al menos la palabra Trinidad es femenina. El concepto de padre nos es algo reluctante quizá. Por eso me gusta el uso de Diosa-Dios. Sé que muchos buscando ese lado ♀ invocan mejor a María / Mariam / מרים / Mαριαμ, pero permitidme que mantenga ese formato en esa oración.
Otra vez sobre Lucas once cinco, esta otra:
Si no me haces caso por ser Amigo,
¡hazme caso por pesao!
Si no me haces caso por ser mi Amigo
¡hazme caso por pesaoooo!
El amigo inoportuno, la viuda pesada. El amigo inoportuno con los niños ya dormidos, la viuda mosca tocapiés. Seamos amigos pesados y viudas recurrentes.
El siglo XX occidental creó algunos géneros literarios nuevos. Mismamente este tipo de escritura para pantallas, por ejemplo. Fugaz, corta. O los resúmenes para las contraportadas de libros, que no toleraban las encuadernaciones en tela o piel propias del ochocientos. Y hay otro nuevo que me interesa mucho: lo que yo llamo el coreo de manifestación.
En esta época salió la gente a la calle a protestar más que nunca antes, con diversos formatos: sentada, escrache, manifestación «a la americana» ―dando vueltas con carteles― encierro, cacerolada… En casi todas se corean rimas simples, pareados o cuartetas. Después, tomadas aparte, o escritas y leídas, suenan flojas, pero gritadas en su momento impactan. Este es uno de mis coreos favoritos, dedicadas a los medios de comunicación cuando se echan de ver en algún rincón,
¡Mañana diréis,
que fuimos cinco o seis!
¡Ah, y el clásico, el mejor de todos!
¡No nos mires,
únete!
Este lo oí en el quince eme madrileño, me pareció genial y se lo repito a mucha gente que me vocea imperativos del modelo ¡Es que hay que…! o ¡habría que…! así, con el verbo en impersonal. Entonces yo les repito
Quien propone
se lo come.
No te quejes de los políticos: autorreclútate y preséntate a elecciones. No te quejes de X: sé, tú, equis.
A veces me pregunto si no deberíamos tomar ese mismo tono gritón, algo irreverente, de los coreos de manifestación, para algunas oraciones.
Pues no: venga, otra diferente y muy abstracta. Santa Teresa al cubo, a la enésima. ¿Conocéis la hipótesis del mentalés? El idioma con que funciona el cerebro. ¿No os ha pasado que se os atasca una palabra en español pero sí la decís antes desde otro idioma? Anna Catalina Emmerick opina que las oraciones en latín tienen más fuerza ante DiosaDios. Haced esta prueba: un padre nuestro no en su arameo original ni en latín:
En el primer guión, pensad Padre Nuestro que estás… pero en conceptos desnudos, Puro Concepto platónico sin decirse en ningún idioma. En el segundo renglón figuráos la santificacion de su Nombre sin lengua. Hala, a ver si podéis. A mí me cuesta y me gusta. Saco hasta siete dedos para no perderme orando.
Y una oración para tener pareja
y la pareja te tenga a ti.
Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastaría para que nos encontrásemos.
Basada en Mateo ocho, cinco a once. Lucas siete, dos a diez Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. Los músicos sabemos leer entre líneas. Parece que ahí tenemos una buena historia.
Que me perdone si alguien se ha inquietado con la hemorragia de creatividad ¿herética? de estas oraciones. Son las mías. Castos besos y abrazos gais desde vuestra pantalla. Dios nos ama, es inevitable…
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* Cuando el compositor John Cage entró a una cámara anecoica dijo haber oído tan sólo un agudo silbido y otro retortijón grave. Le dijeron al salir que estamos siempre sujetos a tres, el de los intestinos, el bum bum del corazón, y el ultrasonido crepitar de las neuronas. Ahí tenéis un filón de investigación. Vosotros atended al silbido de vuestros microtúbulos.