No os pido más que le miréis: “No os pido ahora que penséis en Él ni que saquéis muchos conceptos ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones con vuestro entendimiento; no os pido más de que le miréis […] Tiene en tanto que le volvamos a mirar, que no quedará por diligencia suya. (Camino de Perfección 26,3)