La experiencia creyente se distingue por cultivar unas relaciones nuevas. Se siente llamada a mirar la realidad de cada persona con cariño. El homo productor consumidor es esa realidad y su mirada mercantilista hace pasar la relación a segundo plano. La comunicación se vincula al consumo y el encuentro personal no es tan esencial. Se vive el momento, el instante para uno mismo, quizá experiencias intensas pero no duraderas. ¿Quién es mi prójimo digital? El contacto virtual no debe reemplazar el contacto humano. Domesticar el miedo, la frustración y la angustia a través de fármacos es una práctica de nuestra sociedad más habitual de lo que nos pueda parecer. Dios mira a todas estas personas con ternura y se le conmueven las entrañas, porque quiere estar caminando con nosotros en lo cotidiano sin hacer ningún juicio.