En este cuarto domingo de Adviento la protagonista es la Virgen María con el relato de la Anunciación del nacimiento del Hijo de Dios.
Ya a lo largo del Adviento hemos recordado la capital importancia de la madre del Salvador con dos fiestas marianas: el 8 de diciembre, con la fiesta de la Inmaculada Concepción de María y el 18 de este mes se ha hecho memoria de Santa María de la O y Virgen de la Buena Esperanza.
En el evangelio de San Lucas, Jesús es anunciado a su madre, la Virgen María, mientras que en San Mateo se le comunica al padre, San José. San Lucas, rompiendo los cánones de la época, da el protagonismo a la madre.
El texto si inicia con una introducción que presenta a los personajes y sus circunstancias. Lucas sigue con una larga sección central estructurada en tres anuncios del ángel y tres reacciones de María, indicando así una evolución en el proceso espiritual y de fe de María.
Tras el primer anuncio del ángel se produce en Maria una recepción interior(“se preguntaba”);tras una segunda intervención celeste, Maria responde con una objeción razonable(“cómo será eso?”) y, tras el anuncio de la intervención del Espíritu Santo, su aceptación y entrega confiada a los planes de Dios( “hágase en mí según tu palabra”).
María es modelo para todo cristiano LGTBI. Todo cristiano LGTBI, en una sociedad e Iglesia tradicionalmente homófobas, se ha preguntado por su condición afectiva sexual y se ha confrontado vitalmente con Dios. Le ha resultado difícil integrar su fe y su condición sexual viviendo la experiencia de la incomprensión, el rechazo y la marginación.A pesar de todo, la mayoría, como Maria, han manifestado su fiat a Dios creyendo que Dios iba a revertir la situación del colectivo y personal a nivel social y eclesial y que la Iglesia irá descubriendo que las personas LGTBI son un sacramento de la presencia de Dios y un carisma para enriquecer a la Iglesia y el mundo.
El relato termina con una breve conclusión que indica la partida del ángel. El cristiano, tras el auxilio divino, debe recorrer solo y con sus propias fuerzas el camino de maduración de la fe.
!Gracias, María, madre de la nueva Alianza, por proteger a todas las personas LGTBI y por ser modelo de Iglesia inclusiva!
(Padre Ramón Llorente Garcia)
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38):
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.
Palabra del Señor
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.
Palabra del Señor