Los gay, Lesbianas y bisexuales que ya «salieron del armario» tienen menos niveles de cortisol y síntomas de ansiedad, depresión y agotamiento que aquellos que mantienen sus preferencias sexuales en secreto, e incluso son menores que en los heterosexuales.
Ésta es la conclusión a la que llegó el equipo del doctor Robert-Paul Juster, del Centro de Estudios de Estrés Humano del hospital Lafontaine, en Canadá, que quería determinar si el estigma, la discriminación y homofobia a la que son sujetos el colectivo de homosexuales y lesbianas los afecta más que a los heterosexuales. También compararon a los individuos que habían hecho pública su homosexualidad con los que no.
«Como grupo, los hombres homosexuales y bisexuales sufren menos estrés y menos problemas fisiológicos que los heterosexuales», le explica Juster a BBC Mundo.
El especialista confesó que estos no eran los resultados que esperaba tener, pues su hipótesis la elaboró sobre el supuesto de que el colectivo homosexual sufre más estrés que el heterosexual.
«Pero cuando miramos a las personas que habían salido del clóset con los que no lo habían hecho, vimos que aquellos que eran abiertos con sus familiares y amigos, tenían menos ansiedad, depresión, agotamiento y menos niveles de cortisol», agrega Juster.
El cortisol es una hormona que se activa como respuesta al estrés. Cuando se libera en exceso, contribuye con el desgaste de múltiples sistemas biológicos.
La fortaleza de dar el paso
Tras estudiar a 87 participantes de edades comprendidas entre los 18 y 45 años y de diversas inclinaciones sexuales, los investigadores descubrieron que había «algo especial» en el hecho de salir del armario que los hacía más saludables incluso que los hombres heterosexuales.
Robert-Paul Juster considera que esto se debe a la resistencia, pues si logran ser honestos con su entorno sobre sus preferencias -a pesar de la presión social, el estigma y la homofobia-, pueden desarrollar una fuerza que les permite superar cualquier otro obstáculo.
«Si eres un individuo que ha pasado algún tipo de adversidad y eres capaz de desarrollar una estrategia para superarla, como persona te vuelves más sano y más capaz de lidiar con estrés en el futuro. Creemos que esto es lo que hemos visto en la gente que ha salido del clóset», señala el experto.
Para el estudio, los investigadores diseñaron un cuestionario con todo tipo de preguntas generales, a fin de tener unos datos estadísticos que les mostrara cómo se enfrentaban al estrés crónico sin importar la orientación sexual.
Más depresión en lesbianas
Las mujeres homosexuales y bisexuales no presentaron los mismos niveles bajos de depresión que los hombres del mismo colectivo. «De hecho registraron niveles un poco más altos que las mujeres heterosexuales», comenta Juster.
El experto no sabe exactamente el motivo por el cual las mujeres, a pesar de salir del armario, presentan niveles superiores a las heterosexuales.
«Existen varias investigaciones que sugieren que dentro de la población de gay, lesbianas y bisexuales, hay diferencias en cuanto a la salud. Las mujeres lesbianas y bisexuales son más propensas a tener depresión».
«Creemos que esto se debe a que las lesbianas son una minoría dentro de una minoría y no tienen suficientes recursos y poder dentro del colectivo», agrega Juster.
«Son una especie de grupo marginalizado dentro de un grupo ya marginalizado», señala.
Cuestión de salud pública
El trabajo publicado este martes en Psychosomatic Medicine sugiere que ayudar a salir a los homosexuales del armario debe ser una cuestión de salud pública.
Juster y su equipo refuerzan su argumento con varios estudios publicados en el pasado que asocian la salud de los homosexuales con la sociedad en la que viven y las leyes que les permitan una mayor integración.
«Si tienes leyes que te protejan, estas más saludable que aquellos que viven en lugares donde no las hay», dice.
El especialista agrega que «cuando pones todo junto, las causas asociadas a problemas de salud mental, tanto en homosexuales como en heterosexuales, es importante considerar el hecho de que si tienes una legislación discriminatoria, sufres más estigma, más estrés y eso afectará tu salud y por ende el sistema sanitario del país».
Según el especialista, salir del armario en una sociedad más abierta a la diversidad hace más saludables a los homosexuales.
Robert-Paul Juster ofrece como ejemplo Montreal, donde se hizo el estudio. «Ésta es una ciudad muy liberal, en Quebec se ha descriminalizado la homosexualidad, por lo que no creemos que el resultado de nuestro estudio sea igual en sociedades más conservadoras».