Introduccion: «La Iglesia permanecía muda, cuando tenía que haber gritado… La Iglesia reconoce haber sido testigo del abuso de la violencia brutal, del sufrimiento físico y psíquico de un sinfín de inocentes, de la opresión, el odio y el homicidio, sin haber alzado su voz por ellos, sin haber encontrado los medios de acudir en su ayuda. Es culpable de las vidas de los hermanos más débiles e indefensos de Jesucristo».
Dietrich Bonhoeffernació en Breslau, Alemania el 4 de febrero de 1906 en el seno de una familia de la alta burguesía prusiana que integraba la élite cultural berlinesa. Su padre, Karl Ludwig Bonhoeffer (1868-1948), era profesor de psiquiatría y neurología, director de la clínica psiquiátrica de la Universidad de Breslau; y su madre, la pianista Paula von Hase, nieta del teólogo Karl von Hase —predicador de la corte del Kaiser Guillermo II—La familia se mudó a Berlín en 1906, donde su padre ocupó la cátedra más importante de psiquiatría y neurología de Alemania
A los 17 años comienza sus estudios de teología en la Universidad de Tubinga y 2 años después los continúa en la Universidad de Berlín. En 1927, a la edad de 21 años, se doctoró con distinción summa cum laude con la tesis Sanctorum communio, la que el teólogo Karl Barth consideró como un milagro teológico.
El 11 de noviembre de 1931, a la edad de 25 años, es ordenado como pastor luterano.
En la Universidad de Berlín enseñó Teología y escribió varios libros. Opuesto firmemente al nazismo y a la claudicación de las iglesias alemanas frente a Hitler, participó junto con Karl Barth, Martin Niemöller y otros en la fundación de la Bekennende Kirche (Iglesia Confesante o Iglesia de la Confesión, de teología luterana pero no oficial). En abril de 1933, en una conferencia ante los pastores berlineses, Bonhoeffer insistió en que la resistencia política se hacía imprescindible.
Tras una estancia en Londres, volvió a Alemania para encabezar un seminario ilegal para pastores de la Iglesia Confesante, en Finkenwalde ,Pomerania. Allí conoció a Maria von Wedemeyer, que sería su prometida.
La Gestapo clausuró el seminario en 1937 y le prohibió predicar, enseñar y finalmente hablar en público. La resistencia, con la que colaboraba Bonhoeffer, era activa desde antes de la Segunda Guerra Mundial. Durante este período, Bonhoeffer , trabajó mano a mano con numerosos opositores a Hitler.
Escapó a los Estados Unidos brevemente y retornó a Alemania en uno de los últimos barcos que hicieron la travesía antes del comienzo de las hostilidades.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Bonhoeffer desempeñó un papel clave de acaudillamiento en la Iglesia de la Confesión, que se oponía a las políticas antisemitas de Hitler. Estaba entre aquellos que apelaban a la abierta resistencia de la Iglesia al tratamiento que Hitler daba a los judíos. Aunque la Iglesia de la Confesión no era grande, representaba un foco considerable de oposición cristiana al régimen nazi en Alemania.
En 1939 se unió a un grupo clandestino de la resistencia, que incluía militares de alto rango con base en la Abwehr, la Oficina de Inteligencia Militar, quienes, encabezados por el almirante Wilhelm Canaris, querían derrocar el régimen nacionalsocialista de Hitler.
Lo arrestaron en abril de 1943, Fue acusado de conspiración y encerrado en la cárcel de Tegel, en Berlín, durante un año y medio.
Tras el infructuoso atentado del 20 de julio de 1944, Bonhoeffer fue acusado de complicidad por sus conexiones con los conspiradores, algunos de los cuales eran familiares suyos, como su tío, el comandante de la ciudad de Berlín, Paul von Hase, ejecutado el 8 de agosto de 1944.
El 8 de octubre fue trasladado a la prisión de la Gestapo en la calle Prinz-Albrecht para interrogarlo y el 7 de febrero de 1945 al campo de concentración de Buchenwald. En abril de 1945 fue llevado al Campo de concentración de Flossenbürg.
El 8 de abril de 1945 se condenó a la horca a Dietrich Bonhoeffer .En el amanecer del 9 de abril, Bonhoeffer, que el día anterior -domingo de cuasimodo- había dirigido un servicio religioso a petición de los demás presos, fue ejecutado en la horca. Debió desnudarse para subir al cadalso. Sus últimas palabras fueron «Este es el fin; para mí el principio de la vida». El doctor del campo -testigo de la ejecución- anotó «Se arrodilló a orar antes de subir los escalones del cadalso, valiente y sereno. En los cincuenta años que he trabajado como doctor nunca vi morir un hombre tan entregado a la voluntad de Dios».
CANTO: De Noche iremos
Oración matutina:
¡Oh Dios! A ti te invoco al inicio del día./ Ayúdame a orar y a concentrar mis pensamientos en ti;/ no lo puedo a solas. // Reina en mí la oscuridad, pero en ti está la luz;/ estoy solo, pero tú no me abandonas;/ estoy desalentado, pero en ti está la ayuda;/ estoy intranquilo, pero en ti está la paz;/la amargura me domina, pero en ti está la paciencia; / no comprendo tus caminos, pero tú sabes el camino para mí.
Resistencia y sumisión
Ante Dios, desde una profunda confianza en su fidelidad, en sus promesas, Bonhoeffer, siente y propone como única respuesta, la sumisión, la esperanza, la paciencia. Pero, sometidos, confiados sin reservas al Dios que nos premia cada día con una fe renovada, la realidad es afrontada con decisión. Es en el entramado de la vida real donde aprendemos a creer porque es en medio de la vida donde encontramos a Dios, sin escamotear el más acá antes de tiempo. Junto a la confianza en Dios mostrada en la oración, el cristiano no tiene otra tarea que actuar en justicia, es decir, participar en la resistencia contra el mal y el dolor, aunque sea soportando en la propia vida, mal y dolor.
CANTO: El alma que anda en amor
Oración ( a dos coros )
Solo ante Ti, que sondeas todo ser, / solo ante Ti, somos pecadores.
Temerosos de sufrir y pobres en actos, /te hemos traicionado ante los hombres.
Vimos como alzaba la cabeza la mentira, / y no dimos honor a la verdad.
Vimos a hermanos en el mayor apuro,/ y solo temimos nuestra propia muerte.
Nos presentamos ante Ti como hombres,/ como confesores de nuestros pecados
Señor, tras estos tiempos agitados,/ danos tiempos de protección.
Y tras tantos extravíos,/ déjanos ver despuntar el alba.
Hasta donde alcance nuestra mirada,/haz que el camino nos lo abra tu Palabra
Hasta que extingas nuestra culpa/ haz que seamos pacientes.
En silencio queremos prepararnos/hasta que nos llames a unos tiempos nuevos.
Hasta que apacigües tormentas y oleajes,/ y tu voluntad cumpla milagros.
Hermano, hasta que la noche fenezca, /reza por mí.
Una fe no religiosa
La mundanidad del mundo y de la fe, la comprensión autónoma de la realidad desde la razón moderna exigen una interpretación no religiosa de la fe. La religión sería un revestimiento metafísico y funcional. La fe es encontrarse con Cristo y seguirle. La fe y la iglesia están volcadas al compromiso ético de la solidaridad y la justicia porque su único punto de encuentro con el Dios que las sostiene es Cristo, viviendo y muriendo para los demás, sin hacer de Dios una trampilla por la que escapar de nuestra realidad….Cristo es lo que es, por y para nosotros, por eso es respuesta de Dios al hombre, por eso es el camino del hombre a Dios.
Mi desconfianza y mi miedo ante la ‘religiosidad’ se han acrecentado aquí más que nunca, sencillamente porque el cristiano no es un ‘homo religiosus’, sino un hombre, tal como Jesús. Es, por tanto, un hombre que sabe que Dios no es aquel que cumple todos nuestros deseos, sino quien realiza todas sus promesas.
CANTO: Muéveme mi Dios hacia Tí
No solo la acción, sino también el sufrimiento es un camino hacia la libertad. En el sufrimiento la liberación consiste en que uno puede dejar por completo su propia causa en manos de Dios.
Evangelio( Juan 20, 3-8)
Pedro y el otro discípulo salieron para el sepulcro. Los dos corrían juntos, pero como el otro discípulo corría más que Pedro, se le adelantó y llegó primero; asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, pero no entró. Simón Pedro llegó detrás, entró en el sepulcro y vio las vendas en el suelo; el sudario en que le habían envuelto la cabeza no estaba en el suelo con las vendas, sino enrollado aparte. Entonces entró también el discípulo que había llegado primero y, al ver aquello, creyó.
SILENCIO ( Música del Cuarteto para el Fin de los Tiempos: Alabanza a la inmortalidad de Jesús de Olivier Messiaen )
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PADRE NUESTRO
ORACIÓN COMUNITARIA y BENDICIÓN:
CANTO: Ubi caritas