Desde Crismhom, Comunidad de Cristianas y Cristianos Homosexuales de Madrid LGTB+H, compuesta por hombres y mujeres que queremos vivir abiertamente nuestra identidad y orientación sexuales y nuestra fe en Jesucristo y defender nuestros derechos como creyentes dentro de las iglesias cristianas. Nos enteramos con tristeza de que el Obispado de Canarias ha despedido a un profesor de religión de Lanzarote por haber hecho pública en los medios de comunicación su condición de varón homosexual casado con otro hombre. Este hecho era conocido por el Obispo desde hace 2 años y sin embargo, solo ahora, a raíz de su manifestación pública, se ha decidido poner fin a la relación laboral.
Nos parece que este hecho pone de relieve el secretismo y opacidad con que se viven todas estas situaciones dentro de las distintas iglesias y, en este caso concreto, en la Católica. Este modus operandi atenta contra el derecho que tiene todas las personas a vivir su identidad con libertad y sin dobleces.
Creemos con firmeza igualmente que los y las homosexuales, bisexuales y transexuales somos hijos e hijas de Dios, que hemos recibido nuestra orientación sexual e identidad de género como un don y podemos cumplir su voluntad viviendo una relación de pareja en amor y fidelidad. La negativa de las iglesias a revisar su doctrina sobre la homosexualidad y la bisexualidad y la condena que se sigue imponiendo a nuestra realidad no hace más que crear inmensos sufrimientos en muchos creyentes LGTB y además genera violencia y discriminación contra ellos. A esto hay que añadir que muchas personas de buena fe se alejan del conocimiento de Cristo por pensar que no son merecedoras de su Amor.
Por eso manifestamos nuestro pesar y el rechazo que nos provocan estas actuaciones e instamos a las autoridades eclesiásticas a reflexionar con profundidad, sin ideas preconcebidas y en la presencia de Dios sobre ellas.
El colectivo LGTB forma parte de la diversidad de la naturaleza que Dios ha creado. Por este motivo, no se hace necesario curar una enfermedad que no existe, y de ahí el fracaso más absoluto de las terapias reparativas de la homosexualidad y la bisexualidad.
Dios nos pide construir un Reino de Amor, no de discordia. Y en ese Reino cabemos todas y todos sin excepción.
Desde aquí queremos enviar un mensaje de apoyo y cariño a Luis Alberto González por su valentía y su vivencia abierta y en comunión con Dios de su realidad sexual.
«Si una persona gay busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarle?» (Papa Francisco).
La Junta Directiva