Ante las declaraciones de Mons. Jesús Catalá, obispo de Málaga, no queremos quedarnos callados ni tampoco entrar en una espiral de condena y reproches mutuos.
Sentimos una especial preocupación por los adolescentes y jóvenes cristianos que a consecuencia de estas palabras pueden no desarrollar adecuadamente su identidad y ver frustradas no sólo sus aspiraciones más profundas de vivir la comunión con otra persona, sino también ver restringidos sus derechos más fundamentales como es el de formar una familia.
En nuestra comunidad hemos vivido cómo muchas personas han sentido una auténtica liberación cuando han podido vivir su sexualidad sin los prejuicios que les habían inculcado en sus familias y en sus comunidades de fe. Y no sólo una liberación psicológica o afectiva, sino el inicio de una nueva relación con Dios en que la orientación sexual ya no es un problema sino un don recibido y asumido con gratuidad.
Como comunidad cristiana queremos invitar a nuestros Jóvenes LGTB a que descubran que la fuente primera y única del amor entre dos personas es Dios. Que vivir este amor entre dos personas, sean de diferente o del mismo sexo, es la experiencia más maravillosa humanamente hablando y la expresión más fidedigna del amor de Dios tal como se nos ha manifestado en Cristo Jesús.
Por eso, os invitamos a que desoigáis mensajes que poco tienen que ver con La Buena Noticia de Jesús. Vivid con libertad y con todas las consecuencias el amor cristiano. NO tengáis miedo al amor, un amor que desde Jesús está destinado a mantenerse y a crecer mediante las alegrías y los dolores de la vida cotidiana, de forma que los cónyuges se conviertan en un solo corazón y en una sola alma y juntos alcancen su perfección humana. El amor entre dos personas es un amor total, fiel y exclusivo, pero que no termina en el egoísmo de la propia pareja sino que lo hace fecundo y generoso hacia los demás.
Seguidores y seguidoras de Jesús: no dejéis que palabras de unos hombres que han decidido no casarse ni tener hijos y por lo tanto están faltos de la autoridad moral de la experiencia para hablarnos de la vida familiar y conyugal emponzoñen lo más puro que puede surgir entre dos personas: el amor. No tengáis miedo a ser seguidores y seguidoras LGTB de Jesús, y vivid este seguimiento con todas sus consecuencias. No dejéis que os castren en vuestra afectividad, en vuestros grandes deseos de comunión y de vida compartida.
Junta Directiva CRISMHOM