2014-02-20 EVANGELII GAUDIUM – VERITATIS GAUDIUM – DEI GAUDIUM.

ORACIÓN COMUNITARIA

EVANGELII GAUDIUM – VERITATIS GAUDIUM – DEI GAUDIUM.
INTRODUCCIÓN: La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría.     (…)
Invito a cada cristiano a renovar su encuentro personal con Jesucristo  o, al menos, a dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día.  No hay razón para que nadie piense que esta invitación no es para él, porque “nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor”.

Estas palabras están tomadas de los primeros párrafos de la exhortación apostólica EVANGELII GAUDIUM, del Papa Francisco. En ella nos recuerda que Dios nos ama y desea nuestra felicidad total,  nuestra plenitud,  nuestra salvación. Cuando el hombre se destruye, el primero que sufre es Dios.  Jesús, en los Evangelios, nos anuncia, de parte de Dios, una oferta de salvación a todos los seres humanos .Para mostrarnos el camino, Dios vino a nosotros (Enmanuel).  Se hizo hombre para decirnos que el hombre tiene un valor divino. (Vengo de Dios y a Dios regreso). El bautismo es el comienzo de una historia de fe que estamos invitados a vivir con la alegría del Evangelio, de la salvación liberadora de Dios, incluso en los momentos más duros y difíciles, pues la alegría es el don que brota del encuentro personal con Cristo.

     CÁNTICO:  VIENEN CON ALEGRÍA   
Vienen con alegría, Señor,  cantando vienen con alegría, Señor,
 Los que caminan por la vida, Señor, sembrando tu paz y amor  (BIS)
Vienen trayendo la esperanza  a un mundo cargado de ansiedad                 
A un mundo que busca y que no alcanza caminos de amor y de amistad      (estribillo-bis).                                                                          
Vienen trayendo entre sus manos  esfuerzos de hermanos por la paz.    
Deseos de un mundo más humano  que nace del bien y la verdad.           (estribillo-bis).    

    ORACIÓN A DOS COROS:
Señor Jesucristo, meditando el modo nuestro de proceder, he descubierto que el ideal es el modo de proceder tuyo. Por eso fijo los ojos en Ti, los ojos de la fe, para contemplar tu iluminada figura tal cual aparece en el Evangelio.
Que yo pueda sentir tus sentimientos, los sentimientos de tu corazón con que amabas al Padre y a los hombres. Jamás nadie ha tenido mayor caridad que Tú, que diste la vida por tus amigos. Quiero imitarte en esa disposición, actuando en lo posible como Tú procediste.
Enséñame a ser compasivo con los que sufren, con los pobres, con los enfermos. Muéstrame cómo manifestabas tus emociones profundísimas hasta derramar lágrimas y, sobre todo, quiero aprender el modo como manifestaste aquel dolor máximo en la cruz.
Tu constante contacto con el Padre en la oración era consuelo y aliento para predicar el Reino. Enséñame tu modo de mirar. Quisiera conocerte como eres; tu imagen bastará para cambiarme.
Haz que aprendamos de Ti, siguiendo tu ejemplo de total entrega al amor al Padre y a los hombres, hermanos nuestros, sintiéndonos muy cerca de Ti, pues te rebajaste hasta nosotros y, al mismo tiempo, tan distantes de Ti, Dios infinito.
Danos esa gracia que vivifique nuestra vida y nos enseñe a proceder conforme a tu espíritu. Enséñanos a ser compañeros y colaboradores tuyos en la obra de la redención. Amén.                                       (Pedro Arrupe, S. J.- extracto).
 
CÁNTICO: UBI CARITAS:
Ubi caritas et amor,  ubi caritas  Deus ibi est.     (se repite  cuatro veces).

CHARITATIS  GAUDIUM

Así como el mandamiento de “no matar” pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir “no a una economía de exclusión y a la inequidad”. Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en la calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa. Eso es exclusión. No se puede tolerar que se tire comida cuando hay gente que pasa hambre. Eso es inequidad. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas. (…)  Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y de la opresión, sino de algo nuevo: con la exclusión queda afectada en su misma raíz la pertenencia a la sociedad en la que se vive, pues ya no se está en ella abajo, en la periferia o sin poder, sino que se está fuera. Los excluidos no son explotados sino desechos, “sobrantes”.  (…)
Una de las causas de esta situación está en la relación que hemos establecido con el dinero, ya que aceptamos  pacíficamente su predominio sobre nosotros y nuestras sociedades, ¡la negación de la primacía del ser humano! (…)  
Mientras las ganancias de unos pocos crecen exponencialmente, las de la mayoría se quedan cada vez más lejos del bienestar de esa minoría feliz. Este desequilibrio proviene de ideologías que defienden la autonomía de los mercados y la especulación financiera. De ahí que nieguen el derecho de control de los Estados, encargados de velar por el bien común. Se instaura una nueva tiranía invisible que impone, de forma unilateral e implacable sus leyes y sus reglas.
Tras esta actitud se esconde el rechazo de la ética y el rechazo de Dios. (…) La ética lleva a un Dios que espera una respuesta comprometida que está fuera de las categorías del mercado. En este sentido animo a los expertos financieros y a los gobernantes a considerar las palabras de un sabio de la antigüedad: “No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos”.  
Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano.        (Evangelii Gaudium , capítulo segundo, 53 a 58).
ECOS DEL TEXTO.     BREVE REFLEXIÓN

        CÁNTICO:  CON VOSOTROS ESTÁ:
 Con vosotros está y no le conocéis.   Con vosotros está, su nombre es el Señor.   (bis).
Su nombre es el Señor y pasa hambre,  y clama por la boca del hambriento
y muchos que lo ven pasan de largo,   acaso por llegar temprano al templo.  
u nombre es el Señor y sed soporta,   está en quien de justicia va sediento,
Y muchos que lo ven pasan de largo,   a veces ocupados en sus rezos.
Con vosotros está y no le conocéis.    Con vosotros está, su nombre es el Señor.   (bis).  
 Su nombre es el Señor y está desnudo.   La ausencia del amor hiela sus huesos,
y muchos que lo ven pasan de largo,    seguros al calor de su dinero.              
 Su nombre es el Señor y enfermo vive,    y su agonía es la del enfermo,        
 y muchos que lo saben no  hacen caso:    “tal vez no frecuentaba mucho el templo”.
Con  vosotros está y no le conocéis.   Con vosotros está, su nombre es el Señor.    (bis).
Su nombre es el Señor y está en la cárcel,   está en la soledad de cada preso,
y nadie le visita y hasta dicen:   “tal vez éste no era de los nuestros”.
Su nombre es el Señor y nada tiene,   y pide por la boca del hambriento.
Está preso, está enfermo, está desnudo,   pero El nos va a juzgar por todo eso.
Con vosotros está y no le conocéis.   Con vosotros está, su nombre es el Señor.     (bis).

 SALMO A DOS COROS (salmo 72)  
Dios mío, confía tus juicios al rey y tu justicia al hijo del monarca, para que rija a tu pueblo con justicia y a tus humildes con rectitud.  
De los montes llegará al pueblo la paz y de las colinas la justicia.
Defienda a los humildes del pueblo, socorra a los oprimidos y quebrante a los explotadores.
Que dure tanto como el sol y permanezca tanto como la luna, de generación en generación.
Que descienda como la lluvia sobre la hierba, como aguaceros que empapan la tierra.
Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz mientras dure la luna.
UNITATIS GAUDIUM
El Espíritu Santo también enriquece a toda la Iglesia evangelizadora con distintos carismas. Son dones para renovar y edificar la Iglesia. No son un patrimonio cerrado, entregado a un grupo para que lo custodie; más bien son regalos del Espíritu integrados en el cuerpo eclesial, atraídos hacia el centro que es Cristo, desde donde se encauzan en un impulso evangelizador. (…)  Las diferencias entre las personas y comunidades a veces son incómodas, pero el Espíritu Santo, que suscita esa diversidad, puede sacar de todo algo bueno y convertirlo en un dinamismo evangelizador que actúa por atracción.       (…)
El empeño ecuménico responde a la oración del Señor Jesús que pide “que todos sean uno”.  Tenemos que recordar siempre que somos peregrinos y peregrinamos juntos. Para eso hay que confiar el corazón al compañero de camino sin recelos, sin desconfianzas, y mirar ante todo lo que buscamos: la paz en el rostro del único Dios. Confiarse al otro es algo artesanal, la paz es artesanal. Jesús nos dijo: “¡felices los que trabajan por la paz!”.  Bajo esta luz, el ecumenismo es un aporte a la unidad de la familia humana.           (Evangelii Gaudium, capítulo cuarto, 130, 131, 244 y 245).

Del Evangelio de San Mateo. (Mat 5. 3 a 11)    LECTURA A DOS COROS:
Felices los de espíritu sencillo, porque suyo es el reino de los cielos.
Felices los que están tristes, porque Dios mismo les consolará.
Felices los humildes, porque Dios les dará en herencia la tierra.
Felices los que desean de todo corazón que se cumpla la voluntad de Dios, porque Dios atenderá su deseo.
Felices los misericordiosos, porque Dios tendrá misericordia de ellos.
Felices los que tienen limpia la conciencia, porque ellos verán a Dios.
Felices los que trabajan a favor de la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.
Felices los que sufren persecución por cumplir la voluntad de Dios, porque suyo es el reino de los cielos.

–    ÓSCULO DE  PAZ      –  (TODOS)
      
 CÁNTICO:  ¡QUÉ BIEN, TODOS UNIDOS!
Qué bien, todos unidos,  mano con mano en el luchar.    Qué bien todos hermanos  en el sufrir y en el gozar.
Nosotros queremos, Señor,  amarte amando la tierra;   
Queremos dejar tras nosotros  un mundo mejor, una vida más bella.      

Qué bien, todos unidos…
Nosotros queremos, Señor,  correr con la antorcha encendida;
Queremos dejar al relevo  un fuego mejor, una llama más viva.                 

Qué bien, todos unidos…

 LIBERTATIS ET DIGNITATIS GAUDIUM.
Los Pastores, acogiendo los aportes de las distintas ciencias, tienen derecho a emitir opiniones sobre todo aquello que afecte a la vida de las personas, ya que la tarea evangelizadora implica y exige una promoción integral de cada ser humano. Ya no se puede decir que la religión debe recluirse en el ámbito privado y que está sólo para preparar las almas para el cielo. Sabemos que Dios quiere la felicidad de sus hijos también en esta tierra, aunque estén llamados a la plenitud eterna, porque Él creó todas las cosas para que las disfrutemos, para que todos puedan disfrutarlas. De ahí que la conversión cristiana exija revisar  “especialmente todo lo que pertenece al orden social y a la obtención del bien común”.
Por consiguiente, nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad de las personas, sin influencia alguna en la vida social y nacional, sin opinar sobre los acontecimientos que afectan a los ciudadanos.  
Una auténtica fe – que nunca es cómoda e individualista – siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra. (…) . Si bien el orden justo de la sociedad y del estado es una tarea principal de la política, la Iglesia no puede ni debe quedarse al margen de la lucha por la justicia. Todos los cristianos, también los Pastores, están llamados  a preocuparse por la construcción de un mundo mejor.     
                                                                                            
De nuestra fe en Cristo hecho pobre, y siempre cercano a los pobres y excluidos, brota la preocupación por el desarrollo integral de los más abandonados de la sociedad.                  (…)
En cada lugar y circunstancia, los cristianos, alentados por sus Pastores, están llamados a escuchar el clamor de los pobres, como tan bien expresaron los obispos de Brasil: “Deseamos asumir, cada día, las alegrías y esperanza, las angustias y tristezas del pueblo brasileño, especialmente de las poblaciones de las periferias urbanas y de las zonas rurales – sin tierra, sin techo, sin pan, sin salud – lesionadas en sus derechos. Viendo sus miserias, escuchando sus clamores y conociendo su sufrimiento, nos escandaliza saber que existe alimento suficiente para todos y que el hambre se debe a la mala distribución de los bienes y de la renta. El problema se agrava con la práctica generalizada del desperdicio”.        
Pero queremos más todavía, nuestro sueño vuela más alto. No hablamos sólo de asegurar  la comida, o un decoroso sustento, sino de que tengan prosperidad sin exceptuar bien alguno. Esto implica educación, acceso al cuidado de la salud y especialmente trabajo. El salario justo permite el acceso adecuado a los demás bienes que están destinados al uso común.     (Evangelii Gaudium,  capítulo cuarto,  182 a 192).

MEDITACIÓN,  10 MINUTOS

PETICIONES ACCIÓN DE GRACIAS.

ORACIÓN: Señor Jesucristo, imploramos tu protección e intercesión ante el padre por toda la comunidad LGTB, por todos aquellos hermanos nuestros que no se aceptan a sí mismos, que se sienten solos y sufren en la soledad, que son perseguidos o rechazados por su orientación afectiva y sexual y que no son comprendidos ni aceptados en su entorno más cercano.     
Te damos gracias y te pedimos también por CRISMHOM para que juntos construyamos tu reino y seamos luz y faro en la comunidad LGTB de Madrid.

Unidos en la alegría del Evangelio, con la fuerza del Espíritu Santo, caminando juntos hacia el amor, venceremos.

CANCIÓN FINAL:                  

NOSOTROS VENCEREMOS  (We shall overcome).
Nosotros venceremos, nosotros venceremos,  sobre el odio con amor
algún día será,  Cristo venció, nosotros venceremos.
Y caminaremos, la mano en la mano,  alzada la frente hacia el amor,
Cristo  es nuestra luz,  Cristo venció, nosotros venceremos.
No tenemos miedo, no tenemos miedo,  alguien nos espera más allá
de los montes y el mar,  Cristo venció, nosotros venceremos.
Y seremos libres, y seremos libres.  No tiene cadenas el amor,  
viviremos en paz,  Cristo venció, nosotros venceremos.
Nosotros venceremos, nosotros venceremos,  sobre el odio con amor
algún día será, Cristo venció, nosotros venceremos.

PADRE NUESTRO.      BENDICIÓN.

 


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