2014-01-23 Comunicado oficial ante las declaraciones del cardenal Sebastián

Desde CRISMHOM nos sentimos apenados, nuevamente, por declaraciones de este tipo, por parte de algunos de los jerarcas de la Iglesia Católica. Manifestamos un rechazo absoluto y profundo ante las convicciones y declaraciones del cardenal Fernando Sebastián.
 
En primer lugar, nos entristece la gran desinformación que tiene sobre sexualidad y nuestra realidad, asegurando que con un tratamiento puede recuperarse como si de una enfermedad se tratase. La homosexualidad no es una enfermedad. Es una manifestación minoritaria no patológica de la sexualidad humana. Y minoritaria no significa enfermedad ni algo moralmente malo o negativo, sino simplemente diferente de la mayoría. La  OMS (Organización Mundial de la Salud) y la APA (American Psychological Association) retiraron la homosexualidad como enfermedad hace muchas décadas.
 
 
Sus desafortunadas palabras están causando un daño terrible e irreparable para muchas personas. Creemos que esta actitud está radicalmente alejada del Evangelio y del mensaje de Jesús, ya que nos estigmatiza y nos trata como gente de la que hay que tener misericordia como si fuésemos  ciudadanos y ciudadanas de segunda clase.
 
Por otra parte, afirma que la homosexualidad es una deficiencia. Esta opinión nos llena de tristeza, pues de nuevo somos testigos de los prejuicios y condenas apresuradas sobre nuestra realidad afectiva y sexual. De nuevo se nos tilda de no ser normales, de tener una “sexualidad deficiente”, de estar perdidos en una sexualidad enferma. Nuestra afectividad también nos mueve a amar y a darnos enteramente a otra persona. Y el Amor es algo puesto en nuestros corazones por Dios.
 
Una vez más tenemos que escuchar (y esta vez con tono lastimero) que la sexualidad es algo que se puede “reconducir” y que algo tan importante como la afectividad y  la expresión de la misma entre dos personas, independientemente de su sexo, es banalizado y comparado de nuevo con una enfermedad.
  
Desde Crismhom, creemos y reiteramos que la homosexualidad no es una enfermedad, y que no puede vivirse con culpa, miedo u ocultamiento.
 
Además, estamos convencidos de que la sexualidad humana es demasiado rica para reducirla al aspecto procreativo. El placer, el diálogo, la intimidad, la comunión… también son aspectos de la sexualidad humana que las personas homosexuales vivimos plenamente como expresión del amor mutuo y la entrega recíproca, que es también expresión del amor que Dios ha derramado en nuestros corazón, porque Dios es amor y quien ama ha conocido a Dios.
 
La homosexualidad puede vivirse desde el amor entre dos personas que son hijas o hijos de Dios.
 
La homofobia, sin embargo, es un sentimiento humano que no proviene de Dios, sino de los hombres.
 
 
 
JUNTA DIRECTIVA CRISMHOM

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